Un mensaje de Navidad

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Halinisky Sanchez Menéses

Halinisky Sanchez Menéses

Columna: Opinión

e-mail: halinisky@hotmail.com



Existen enconadas diferencias en el mundo cristiano, sobre la posición que debe asumir la iglesia frente a la celebración de la Navidad, cristianos católicos, evangélicos y ortodoxos no tienen una actitud uniforme sobre esta fecha que conmueve al mundo occidental.

La historia oficial del catolicismo romano a partir de finales del siglo IV, empieza a celebrar la tradición de la Navidad el 25 de diciembre. El Papa Julio I fijó la fecha del 25 de diciembre, día próximo a muchas fiestas del solsticio de invierno que se celebran en la antigüedad, en todo caso están demostradas en la historia celebraciones del nacimiento de Jesús desde los años 325-353 de comunidades cristiana del oriente de Europa.

La verdad es que Jesús no nació en diciembre, no tenemos una fecha exacta pero los relatos de los evangelios se acercan más al mes de marzo o abril, tampoco existe un mandamiento explícito en la Biblia que ordene la celebración del nacimiento de Cristo, razón por la cual frente a la tradición los distintos grupos cristianos tienen opiniones divididas.

Por un lado tenemos a la comunidad católica que celebra esta tradición y algunos incluyen elementos de la cultura norteamericana como el icono “Santa Claus”, un segundo grupo es indiferente a que se celebre o no se celebre la Navidad, encontramos un amplio sector protestante y algunas denominaciones evangélicas en esta situación, y un último grupo condena la celebración de esta tradición por considerarla una fiesta pagana en honor a dioses romanos sincretizada por el catolicismo.

Consideramos que no fue denominación o concilio alguno el que inventó la Navidad, creemos que el originador de esta celebración es Dios mismo, pues encontramos en el evangelio según San Lucas 2 verso 10 en adelante que: “El ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”.

Con Jesucristo nació la esperanza de la humanidad, Dios su Padre lo celebró con millares de Ángeles, no es válido entonces el argumento de que no debemos celebrar la Navidad, y mucho menos de que sea una fiesta pagana disfrazada de cristianismo, la Navidad es de todos aquellos que han creído que la verdad se hizo carne, en ese humilde carpintero de Galilea, que es la luz del mundo, que es la luz de un país como Colombia cada día más sumido en la oscuridad moral y en la injusticia social.

Navidad es el varón ausente que regresa al hogar, Navidad es creer nuevamente en la familia bíblica, padre y madre criando con amor, responsabilidad y disciplina a sus hijos.

Navidad es vivir entre el pesebre y la cruz, conscientes de que solo es posible una vida con sentido y propósito si está centrada en Dios.

Navidad es una Iglesia que practica lo que predica, que vive a Jesús y trasmite un evangelio comprometido en lo espiritual, comprometido con la labor evangelizadora y comprometida con la justicia social.

Navidad es el político que ve su dignidad no como una oportunidad beneficiarse particularmente sino como un encargo de Dios para administrar los bienes sociales de su prójimo.

Navidad son los trabajadores que buscan lo mejor para su empresa, que honran a Dios dando lo mejor de sí para su patrono y empleadores justos que ven a sus trabajadores como hermanos, que merecen respeto y consideración, y no como simples instrumentos para la explotación.

Navidad es una fe sencilla, como diría Santiago Benavides: “Una Fe sencilla, como fue a la tierra su venida, como fueron sus historias campesinas, como fue su hogar en palestina” y así no olvidar de donde vinimos, para que no perdamos la modestia, la sencillez, la humildad de corazón, para que el rebaño no se deje engañar por las luces y colores de las baratijas del materialismo hedonista que ofrece la postmodernidad.

Navidad es recordar que el Dios del pesebre cuando moría en la cruz, expresó: “Padre perdónalos no saben lo que hacen”, así como nosotros estamos llamados a perdonar a quienes nos han hecho mal, así como debemos perdonar a los que se levantaron en armas y nos masacraron y hoy piden una oportunidad.
Eso es Navidad.