Esfuerzo para unos y gloria para otros

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Rojas Centeno

Carlos Rojas Centeno

Columna: Opinión

e-mail: carlosrojas9114@outlook.com


En los últimos días se ha escuchado mucho el himno de nuestra hermosa Nación colombiana en tierras extranjeras, hemos pasado de ser un país reconocido por la alta incidencia del narcotráfico en nuestro territorio, por tener el "capo de capos", por las atrocidades cometidas por las Auc, por los atentados terroristas con carros bombas perpetrados por las Farc y por ser uno de los países latinoamericanos con mayor corrupción a ser reconocidos por los triunfos de nuestros compatriotas en las diferentes competencias y gestas deportivas que se realizan a nivel mundial y, más allá de ser reconocido o identificado, gran parte de la población mundial sabe dónde queda Colombia.
Hoy Colombia cuenta con dos reinas, una la encontramos en el atletismo que a donde quiera que compite rompe e impone marcas, ella es Catherine Ibargüen y, la otra es Mariana Pajón, la cual ya no hay certamen donde se presente y no gane, pero los hombres no se quedan atrás y tenemos a los muchachos de nuestra Selección que mantuvieron una posición en el ranking Fifa y lograron avanzar a una ronda mundialista nunca antes visitada por nuestras selecciones, también tenemos a Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Esteban Chaves , tres dignos representantes de nuestra patria en las justas ciclistas que se realizan en el viejo continente y que han sobresalido dejando el sello colombiano, todos ellos, ganen o pierdan, siempre dejan bien alto el nombre de nuestra Nación; Pero, ¿cómo es la paga de Colombia a nuestros deportistas?
Para nadie es un secreto que el Estado colombiano poco ayuda a nuestros deportistas, es bien sabido que mucho de ellos han logrado alcanzar la cima del éxito con algo de ayuda extranjera; nosotros no somos recíprocos a la gloria que estos muchachos nos han brindado, así sea por un momento, pero no las dan, el país debe despertar y aprovechar este cuarto de hora que tenemos y apoderarnos del deporte colombiano, brindarle apoyo suficiente, que vaya más allá de los incentivos económicos, y no quedarnos en el triunfalismo como el del país entero y de la Selección de fútbol de la década de los noventa que se vanagloriaba del 5-0 contra Argentina en Río de la Plata; debemos trascender la fronteras triunfalistas y elaborar y ejecutar políticas públicas encaminadas a promocionar la actividad física como opción de vida, la educación de nuestros competidores y el no olvido espantos de nuestras glorias. Sin duda esta sería la mejor recompensa a nuestros deportistas, ver como se siguen desarrollando planes, proyectos y programas encaminados a mantener el nivel competitivo de nuestros deportistas, la Nación no puede quedarse celebrando o reclamando triunfos ajenos.