A medida que pasan los días, los colombianos que no tragamos entero, nos asombramos cada vez más de la enorme capacidad de mentir que esgrimen, el gobierno de un país sin moral, su gabinete, y los criminales que aspiran extender por toda Latinoamérica, el terror y la tiranía desprovista de humanidad que promueve el fatídico régimen Castro-chavista.
Cómo es posible que canallas de ese tipo, sigan burlándose de un pueblo que ha sido maltratado durante más de 500 años, y nadie, absolutamente nadie, haya metido la mano para detener la Farc-za mejor elaborada de la historia colombiana. Recuerden que los angelitos de las Farc son los terroristas más sanguinarios de la tierra, y que los miembros de Al Qaeda y Eta, les quedan en pañales a estos malditos.
En estos casos, no existe autoridad alguna que valga, así como tampoco existe justicia real para los colombianos del común, -aquellos que hurtan un caldo de gallina en un supermercado para alimentar a sus hijos, porque no tienen con qué-.
No existe, y no existirá justicia en Colombia, hasta tanto no se disuelva la complicidad manifiesta que se aprecia entre la dirigencia corrupta que hoy nos encadena al oprobio, y los delincuentes que asesinan las esperanzas de un pueblo angustiado.
Aunque hablen y hablen de justicia, perdón y reparación cien mil veces al día, como estrategia para mentirle al pueblo, no hay justicia que pueda reparar el daño causado a quienes han sido víctimas de desplazamientos, torturas, secuestros y atentados terroristas.
Me pregunto, ¿de qué tipo de reparación hablan los sinvergüenzas que han masacrado indolentemente a miles de familia en Colombia? Seguramente, de la misma reparación que se dio en el caso de los delincuentes del M-19 que hoy gobiernan indecentemente ciudades, departamentos e incluso, tras bastidores, deciden la entrega de una nación gloriosa al corrupto régimen bolivariano, sólo, para satisfacer la ambición enfermiza de un tirano demente.
¿Qué tipo de reparación puede ofrecer al pueblo un grupo de asesinos como las Farc, y los cómplices que se sientan detrás de lujosos escritorios con la intención de destruir los sueños de los demás? Seguramente ninguna, y es de conocimiento de todos que, un sector no muy decente de la dirigencia nacional ha vendido el alma al diablo, y más que al diablo, a Castro y Maduro, a cambio de las migajas que se desprenden de la mesa durante el festín.
Lo de las migajas es una simple metáfora, porque los beneficios que obtienen muchos -no pocos- por servir los intereses terroristas, son verdaderamente incalculables.
Por eso es que hoy, ciertos personajes están ofendidos con papá Santos, porque les hicieron conejo en el cuento de la mermelada. Que se olviden los amigos del clientelismo, especialmente costeño, del cuento de la mermelada, pues esta, ya había sido repartida antes que le vendieran la conciencia al ilustre señor presidente.La mermelada la untó el gobierno en las viandas de los servidores públicos que se beneficiaran, en el corto plazo, promoviendo una política de paz maliciosa.
No crean que este negocio vaya a beneficiar a todos. No es así. Solo los que apoyen el accionar criminal de las Farc, y declaren legítimo el corrupto proceso de paz que se adelanta en la guarida de Castro, comerán en la mesa del gobierno, el resto, que se conforme, con las migajas que caen al piso durante el festín.
Pero como las migajas son muchas, veremos toda clase de depredadores al acecho -hasta los honorables miembros de las Ong’s inscritas en la ONU, se han dedicado a elaborar un listado de víctimas de la violencia que favorece a los terroristas. Definitivamente, este mundo es de los vivos, y el bobo que se…
Solo espero que algún día, los vivos no sean tan vivos, para que nosotros los bobos, tengamos mejores opciones de vida.
