COP 16: los retos del cambio climático

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Escrito por:

Ignacio Pareja Amador

Ignacio Pareja Amador

Columna: Reflector Mundial

e-mail: reflectormundial@yahoo.com.mx

Twitter: @Nacho_Amador 



El cambio climático no es como muchos piensan, un invento de los países industrializados para frenar el progreso económico de los países en desarrollo, por el contrario, es una situación que nos afecta a todos los Estados del mundo con mayor o menor intensidad, ya que es bien sabido que el planeta tierra es un sistema cerrado, donde a grandes rasgos sólo recibimos rayos de sol y expulsamos basura espacial.

Naciones Unidas define al fenómeno como "un cambio del clima atribuido, directa o indirectamente, a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera y que se suma a la variabilidad climática natural."

En este tenor será importante observar el progreso de los diagnósticos y estrategias que acontecerán del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún, México, donde se llevará a cabo la XVI edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático, la COP 16 o simplemente la conferencia sobre cambio climático, que está formada por 194 países

¿Cuáles son los retos a superar en México ante la COP 16? En primer lugar hay que tener en claro que esta conferencia se percibe como un éxito en cuestión de cabildeo del cuerpo diplomático mexicano, ya que es una buena manera para cerrar este 2010, marcado por los festejos del bicentenario del inicio de la independencia y el centenario de la revolución, donde el país azteca se muestra como un actor importante que buscará los consensos necesarios para que la COP no vuelva a fracasar como en Copenhague en 2009.

Los países del mundo tendrán que superar una agenda donde se establezcan objetivos que sean ampliamente aceptados, así como estrategias específicas para que en 2050 haya un límite en los Gases de Efecto Invernadero (GEI); para que en 2020 pueda apreciarse un punto de inflexión que reduzca la cantidad de los mismos; para promover la reforestación; para examinar nuevas tecnologías de producción que eviten al carbón como su principal fuente de energía, así como la adopción de un marco jurídico que sea implementado por todos los Estados sin excepciones. En pocas palabras se buscará la creación de un Tratado que sustituya al Protocolo de Kyoto, con el fin de que los mayores contaminantes (EE.UU. y China) formen parte de esta responsabilidad global y tengan un foro para exponer sus intereses.

Algunos conocedores del tema sugieren que sólo existen dos caminos para resolver el problema del cambio climático: o nos acostumbramos a las transformaciones del planeta y entramos en un proceso con metas a largo plazo o cambiamos el modelo económico basado en el consumo hacia una economía más mesurada y racional.

La primera opción, que resolvería (o adaptaría) el problema al largo plazo, es quizá la más viable por cuestión de consensos, pero no la más efectiva. Ésta tiene que ver con invertir en economías verdes, reducir la producción de gases de efecto invernadero, regular empresas, aumentar apoyos a reservas naturales, incrementar impuestos y candados legislativos a quienes no cumplan los estándares de regulación ecológica, inyectar capital a energías alternativas, etc.

La segunda opción lo haría al mediano plazo e incluso ayudaría a la restauración de los recursos bióticos en peligro de perderse. Sin embargo, es la más lejana e implica cambios que muchos no están dispuestos a efectuar. Por ejemplo, algunos países como EE.UU. ya han demostrado que no piensan adaptar su modelo habitual de consumo a favor del equilibrio del medio ambiente, ya que justo en los tres días posteriores al "Día de Acción de Gracias" (25 de noviembre) cerca de 138 millones de consumidores se contagiaron de la fiebre de compras del llamado "viernes negro" aprovechando los grandes descuentos y olvidando que la producción de aquellos bienes representa uno de las principales emisores de gases de efecto invernadero.

En este sentido han surgido distintas propuestas para prevenir el calentamiento global, las cuales se enfocan en la conservación de zonas naturales protegidas, que hacen la labor de filtro para distintos gases de efecto invernadero como el CO2. Varias de ellas se concentran en la revalorización de los recursos bióticos, de manera que contengan un valor intrínseco por el simple hecho de existir y hacer la labor de producir oxígeno y otros elementos. Otras propuestas se encaminan a la transferencia de capital hacia aquellos países que no exploten sus recursos naturales y con ello protejan la biosfera mundial. Sin embargo, aún hoy en día, estás proposiciones están lejos de abandonar el papel para convertirse en realidad.

Quedamos pendientes de los avances, propuestas e iniciativas de la conferencia en Cancún, porque sabemos que el mundo no es reciclable, esperamos que haya consensos y que los compromisos se cumplan. Es la única opción viable para garantizarle un planeta equilibrado a nuestros hijos, evitando a toda costa dejar a la deriva la supervivencia de las generaciones futuras.