Y de las exportaciones agrícolas ¿Qué?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eduardo Verano de la Rosa

Eduardo Verano de la Rosa

Columna: Opinión

e-mail: veranodelarosa@hotmail.com



Las exportaciones agropecuarias han bajado a un 11% del total. El fortalecimiento de nuestra economía está en la minería que las ha subido de 42% en el año 2009 a 59% en 2013 mientras que, por ejemplo, el sector industrial presenta síntomas de estancamiento y disminución de exportaciones.
Al tiempo que ocurre ese debilitamiento en la agricultura nuestro país necesita saldar "la deuda histórica" que tiene con el campo. El estancamiento se debe a serios conflictos con el uso de la tierra por la alta concentración de su tenencia y la ausencia de un ordenamiento social adecuado.
También hay graves problemas de informalidad, especialmente en la titulación, hecho que impide ser objeto de créditos dirigidos a ese sector de la economía y conduce a la baja participación del sector agropecuario en el PIB de nuestro país: En los últimos 5 años mientras el PIB crece al 4%, el sector agropecuario lo hace al 1.5%, es decir que al paso que vamos nunca nos pondremos al día.
Además, se sufre por choques externos como la tasa de cambio y los erráticos ciclos de precios internacionales y la poca diversificación que presentan nuestros productos ya que hace décadas exportamos lo mismo: café, banano, flores, azúcar, tabaco, cacao, ganado y pescado.
No podemos seguir atribuyendo los problemas de nuestro sector agrícola a los TLC. La realidad es que han crecido las cifras de importaciones de Estados Unidos desde otros países con los que han firmado el TLC.
El Salvador ha llegado a exportar a Estados Unidos US$ 2500 millones; Guatemala, US$ 4500; Honduras, US$ 4500; Chile, US$ 9300 y Costa Rica US$ 12.000 millones.
Llama la atención, por ejemplo, que las exportaciones agrícolas de Brasil llegan a US$ 80 mil millones de los US$ 243 mil millones totales que ellos exportan, de los cuales, US$ 7 mil millones son de pollo lo que genera mucho empleo.
En nuestro sector rural se presentan altos niveles de pobreza. Por eso, hay tendencia inyectar la economía agrícola a través de subsidios que, al no producir resultados de bienestar ni crecimiento, ha conducido a una crisis fiscal que justifica, luego, bajar los subsidios.
Definitivamente nuestro futuro agropecuario debe estar atado a una nueva cultura de trabajo, con mayor y mejor infraestructura.
El Presidente Santos anunció que habrá la mayor inversión en el sector agropecuario de toda la historia. Tal inversión tienen que encaminarse a finalizar la construcción (de verdad, verdad) de los canales y distritos de riego, el fortalecimiento de los suelos, el mejoramiento y tecnificación de semillas, todo lo anterior para promover un sector agrícola competitivo a nivel internacional.
Hay que pensar en grande si queremos entrar a los mercados internacionales, hay que trabajar en clusters bien organizados. No trabajar individualmente porque somos enanos a nivel mundial. Hay que construir todo, desde los productos orgánicos, la financiación, el transporte, los cuartos fríos, la comercialización, las marcas a nivel mundial, las marcas con sello social y con sello verde necesarias para penetrar en el vigoroso y competido mercado internacional.
Tenemos que fortalecer la visión de largo plazo para lograr un desarrollo integral económico, social, y ambiental. Lo más importante es que se construya desde las Regiones porque allí está la clave del fortalecimiento de la economía nacional.
Es la única manera de lograr el cierre de las brechas sociales en el campo. Tener más productos que incluyan al mayor número de personas en su ciclo productivo lo que volvería al sector agropecuario mucho más competitivo y sostenible ambientalmente en el escenario internacional. Hay que fortalecer toda la institucionalidad del sector, preparar y motivar a las comunidades para que pueda interactuar con el Estado. Hay que caminar rápido y con pasos sólidos.