No estamos pa' fiestas, no señores, si yo veo que mi papá de cumpleaños va a hacer una fiesta con Marc Anthony y lleva meses debiendo arriendo, administración y tenemos los servicios cortados, pues voy le canto sus tres verdades, me opongo y no se lo permito ¿no? Ok. Eso es lo que hay que hacer.
Y no es que yo sea pues la extremista iracunda radical, pero sí me caracterizo por la objetividad y tratar de ver lo que tenemos al frente sin acomodarlo a lo que yo quisiera ver, o lo que todos preferiríamos.
Las Fiestas del Mar hacen parte de nuestro patrimonio y por años, como buena rumbera que soy, me las he gozado de pies a cabeza, hasta el amanecer y sin cansancio. Y claro, las veces que no he podido estar las he añorado, extrañado y he sentido una profunda tristeza de no estar allá, con todos y con nadie, con mi familia y con mi ciudad.
Estoy de acuerdo que las fiestas son una vitrina para que la ciudad se exponga ante el país y ante la región y los países que mandan sus reinas. Soy consciente que hay dineros de patrocinios en muchos eventos y que de alguna forma generan ingresos para particulares, pero este año, con todo el respeto que se merecen las fiestas, es diferente.
Sé que las fiestas generan alegrías, hacen que la sociedad civil se olvide de sus problemas por un rato, que es importante mantener nuestras tradiciones y lo vital de conservar vigente nuestros rasgos distintivos. Sin embargo, par este momento en el que nos encontramos, las fiestas y los derechos culturales que todos tenemos, no pueden ser utilizados para minimizar y desconocer problemas estructurales, graves y vitales.
¿Cómo le vamos a celebrar a la administración distrital que trate de tapar los problemas, como el del agua que no es cualquier problema, con fiestas y eventos? ¿Con qué se van bañar las reinas que lleguen de visita? ¿Por qué sí hay fondos para estos eventos y no para tomar medidas -y no de un ratico- para solucionar el grave problema?
Algunos responderán que los fondos son de patrocinios, o que son dineros destinados a esas fiestas desde siempre, pero para mi no es razón suficiente y me perdonarán. Si nos respetaran como ciudadanos, si quisieran darnos una forma digna para vivir, si quisieran un real bienestar, esos dineros, vengan de donde vengan, deberían ir destinados a medidas y soluciones reales.
Qué jartera ser el "aguafiestas", literal, pero no, no estoy de acuerdo con las Fiestas del Mar este año. Y si bien me parece natural la irresponsabilidad de la administración, no es normal ni mucho menos saludable que se lo alcahueteemos.
El problema del agua no es un chiste y es la oportunidad perfecta para reaccionar ante tantos problemas y como ciudadanos, finalmente, hacernos valer. Es el momento para decir no más y mostrar que ya es suficiente tantas contrariedades sin solución y sobre todo: que sí nos importa la ciudad y el bienestar y rechazamos todo aquello que no vaya en línea con hacer de Santa Marta, un lugar mejor.
Es momento de reaccionar y exigir lo que merecemos.
