Ingrid y el final de su silencio

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Cuando observaba en la televisión la imagen de Ingrid Betancourt, al borde del sepulcro, sentada en silencio sobre una silla improvisada en un árbol en medio de la selva, me agolpaban los recuerdos de cuando hace años la vi, (hago la salvedad, no por amistad si no por motivos de trabajo), como amazona elegante, botas altas charoladas en negro, briches del mismo color, chaqueta azul y gorro de montar negro, atuendo típico francés de equitación, sobre un hermoso caballo, rodeada de varios jovencitos de su edad.

Sobre todo porque conocí bastante esas áreas del Caquetá, la Amazonia, las fronteras con Brasil y Perú, por eso comprendí sus sacrificios, pero entrando en el meollo del asunto, lo más importante es que entendí el porqué ella se metió en la boca del lobo. Como todos los políticos, le creyó a las Farc en los diálogos de paz del Caguán, creyó ingenuamente, que por que había departido alegremente en una mesa, se había abrazado con su jefe máximo Tiro Fijo, le había sobado la barriga y éste les había acariciado la espalda, mientras un obsequioso Mono Jojoy traía el whisky de su preferencia y un amable Trinidad Palmera los deleitaba con sus experiencias en Harvard, el hecho que había ayudado a la senadora Piedad Córdoba en su secuestro, podía continuar el diálogo de la corrupción existente en los contratos de las esferas gubernamentales bajo otras circunstancias y en una semana estar en la libertad con la aureola del secuestro durante su campaña política.

Amarrada a un árbol o a una estaca con una cadena para fieras, no para perros, le hizo escribir "El engaño, la mentira es para las Farc su arma de guerra". De la ayuda esperada, solamente se recibió una escueta comunicación," ella ha sido flaca toda la vida, no la liberen" Teodora.

Cuando se fugó por primera vez, estuvo a media hora de llegar a su destino, esa carretera amazónica, de peligrosos puentes de madera se camina en una hora con dos retenes militares, la capturaron cerca de acuerdo a mis cálculos.

En su última entrevista televisiva, a raíz de los reportajes por las series en National Geographic, aparece una mujer marcada por los casi siete años de sufrimiento, ya no es la misma mujer que la vida le sonreía, sino una persona que mostró entereza ante sus captores en medio de la nada, fue ultrajada y maltratada, pero cuando ya estaba a punto de colapsar, se apareció un milagro de nombre operación Jaque y salió de ese campo de concentración o "Gulag".

La lectura del libro de Ingrid Betancourt nos deja muchas enseñanzas, además de quitarnos prejuicios contra ella, nos abre los ojos para ver mejor que era lo que nos esperaba y hacia donde caminaba este país de la mano del presidente Andrés Pastrana con sus diálogos de paz en su afán de ser premio nobel.

Es importante acabar con la corrupción administrativa en especial de la clase política, lema de su campaña y de casi todos los candidatos para ver si al fin podemos enderezar el rumbo y tener una Colombia para los colombianos.



Más Noticias de esta sección