El país político y, en general el pueblo colombiano, se encuentra expectante por la parodia electoral que se desarrolla en medio de los ataques, los chismes, y las informaciones vulgares que se desprenden diariamente del aliento envenado de los bribones que aspiran a dirigir los destinos de una nación maltratada y dolida.
No hay derecho señores, que estos delincuentes de cuello blanco jueguen, de la forma en que lo hacen, con la paciencia de los colombianos, o que el pueblo sufrido tenga que soportar las impertinencias de los patanes que haciéndose llamar caballeros, tejen en sus mentes retorcidas todo tipo de marañas groseras encaminadas a ganar indecorosamente unos votos más.
Si señor, aunque duela aceptarlo, esta es la realidad escabrosa que se aprecia nítidamente del proceso electoral indecoroso que se lleva a cabo en uno de los países más corruptos del mundo.
Y si ese es el comportamiento de los ilustres aspirantes a presidentes de la República, senadores y otros servidores públicos deshonestos, qué se puede esperar de los terroristas asesinos y narcotraficantes que día tras día maltratan, sin consideración alguna, al pueblo colombiano. Seguramente nada bueno se puede esperar de unos u otros, pues como es de suponer, entre unos y otros no existe diferencia.
Mientras la mitad de la población colombiana carece de oportunidades para superar el hambre y la miseria que los encadena a un mundo perverso e injusto, los picaros aspirantes a presidentes de la "Patria Boba" y sus secuaces, se debaten como buitres hambrientos alrededor de la presa putrefacta que han devorado maliciosamente.
Bueno, contrario a todo aquello que se pueda creer, estamos a merced de los bandidos, y la esperanza que alguna vez fluyó armoniosamente alrededor nuestro, parece ser que se ha extinguido por causa de la furia irracional que se mueve en el universo macabro de los delincuentes que desean gobernar por las buenas o las malas, simplemente para satisfacer los intereses de sus propios copartidarios.
No se qué sucederá en el futuro con el país que amamos, o con el pueblo que nos acoge afectuosamente, pero como se aprecian las cosas en la actualidad, el porvenir no se manifiesta halagador.
No puede existir futuro esperanzador para Colombia mientras el pueblo siga encadenado a las prácticas corruptas enraizadas en el andamiaje funcional de aquellos partidos políticos que se han apoderado injustamente del tesoro público, o sirva mansamente, a los que lo han esclavizado y maltratado durante más de 200 años.
Tenemos la solución en las manos gente de Colombia, pues el próximo 25 de mayo podemos protestar ante tanta malicia y corrupción votando en blanco, para que los sinvergüenzas que esperan eternizar el trato indigno dado a los colombianos en el pasado, sean rechazados como las víboras despreciables que son.
En las manos de los que amamos a este país está la solución. O continuamos bajo el yugo de los corruptos y perecemos cobardemente, o nos movilizamos frontalmente en favor de un cambio que se traduzca en justicia y prosperidad. Porque la verdad, no hay razón para tanta corrupción.
Para terminar, mis mejores pensamientos para el señor Eduardo Vives y familia. Que Dios les bendiga y feliz retorno a la libertad.
