¿Cuál hijo bobo?

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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Los que califican al candidato presidencial Oscar Iván Zuluaga de ser el hijo bobo del Senador electo Álvaro Uribe deben ser unos genios, para poder dar ese calificativo a una persona con los palmares académicos y hoja de vida impresionante del candidato Zuluaga.
Tal vez añoran los encendidos discursos que escuchamos por la radio en 1959 declamados magistralmente por el líder cubano Fidel Castro o los amenos programas del carismático Comandante Hugo Chávez por la TV venezolana en Aló Presidente pero se olvidan que su gestión de gobierno fue y es desastrosa así se le eche la culpa al Imperialismo Yanky en el caso cubano ó a los fascistas ó Pitiyankys en Venezuela.
Referente a la posición del Senador Uribe por el Ministerio de Seguridad Ciudadana que quiere crear nuestro candidato Presidente Juan Manuel Santos, comedidamente le recordamos que nuestra respetada Policía Nacional dentro del conjunto del Ministerio de Defensa, está combatiendo hombro a hombro con los miembros del Ejército Nacional y la Infantería de Marina de la Armada Nacional con el apoyo de la Fuerza Aérea contra el flagelo del narcoterrorismo que es el principal cáncer que posee en la actualidad nuestra querida patria.
Al romperse esa unidad de mando se puede presentar una fractura en las excelentes operaciones coordinadas que se están ejecutando, porque la Institución se puede politizar y volver a lo que se denominaba "La Chulavita".
Digo "Chulavita" con respeto de esos abnegados policías, la mayoría boyacenses de filiación conservadora, que en honor a la verdad no siempre controlaron a los liberales sino que también se le enfrentaban mal armados pero con valentía a la delincuencia organizada.
Como siempre, respetando la posición de las otras personas, pero el concepto que tiene el candidato Oscar Iván Zuluaga de las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) lo comparto, en esa región se va a instaurar un cogobierno con el jefe insurgente desmovilizado ó no, con las leyes que ellos hacen cumplir de una forma inclemente, y dependiendo del número de ZRC se va a formar un mapa del país como si fuera una piel de leopardo donde se van a llevar a los secuestrados, carros robados, lo mismo que la zona de distensión del Caguán.
Además sería conveniente repasar el costo y beneficio de haberles cambiado las armas que entregaron los del M-19 cuando se desmovilizaron en el Cauca después de haber asesinado a colombianos con ellas por las del DAS y cual fue la labor de los que vincularon al Ministerio de Relaciones que se denominó "Diplomacia Paralela". Denigraron en el exterior del gobierno con salarios en dólares y viáticos del Estado pero no contaron sus vínculos con el narcotráfico.
En el exterior se dedicaron los del M-19 a justificar sus masacres y culpar al gobierno de sus depredaciones como las del Palacio de Justicia logrando mantener en la cárcel al Coronel Alfonso Plazas por haberlos derrotado.
No se puede ni pensar que la creación del Ministerio de Seguridad Ciudadana sería para incorporar guerrilleros del esquema de seguridad de los comandantes de las Farc que se desmovilicen en La Habana a la Policía Nacional; porque esto sería una debacle, sería un retroceso de 50 años de nuestra Institución Armada porque si es cierto que en 1964 la creación de este movimiento insurgente fué ideológico, pero en la actualidad es un cartel del narcotráfico, la ideología se quedó en los laboratorios de coca.
Todos los colombianos aspiramos vivir en paz sin terrorismos pero sin tocar nuestras Instituciones porque por ejemplo, si se involucran a los desmovilizados en el Ministerio de Relaciones Exteriores como se hizo en el pasado con el M-19, en las actuales circunstancias con el proceso de La Haya en vez de recuperar la costa de Mosquitos que era colombiana antes del tratado Esguerra Bárcenas, vamos a tener la Costa Atlántica como sandinista y de cabeza de playa para la toma de Bogotá.
Parece ciencia ficción pero es la realidad, nuestro sistema político es malo, no es una democracia, es una plutocracia, domina el que tiene el capital. Los políticos son los dueños de las empresas, de los contratos, colocan los jueces y magistrados, pero la izquierda en Bogotá ha demostrado ser tan corruptos como la derecha, nuestra única opción es restablecer las instituciones, sin venta de votos, atacando la corrupción y recuperar la justicia.