Los consejos de Joseph Stiglitz

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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Joseph Stiglitz es probablemente el Premio Nobel de las últimas décadas que más conoce a Colombia. Vino en el 2002 traído por la Fundación Agenda Colombia y dio una conferencia a la que asistieron 1000 personas y fue transmitida a cinco universidades regionales y algunas locales. Participaron ministros, economistas destacados como Javier Fernández quien murió prematuramente y vino acompañado de otros brillantes economistas como Dani Rodrik.
El libro "Stiglitz en Colombia", publicado por la fundación mencionada, fue una reflexión de varios economistas colombianos sobre las principales recomendaciones de Stiglitz sobre el país. Una de ellas, muy valiosa, planteaba la necesidad de manejar en nuestro país dos agendas de manera simultánea: la agenda de la paz y la de la economía. Porque según él, aun si existiera paz, que se veía muy lejana en ese momento, era necesario mirar cuidadosamente la evolución de la economía y aun si la economía iba bien con eso por si solo no se lograría el fin del conflicto.
Vuelve Stiglitz al país al Foro ONU-Habitat en Medellín y de nuevo hace recomendaciones, esta vez dirigidas claramente al Presidente Santos. 'La primera es que el mandatario debe ser consciente de una maldición que afecta al país: la de los recursos naturales, por la cual la economía de Colombia crece bien, en gran parte, gracias al beneficio de los altos precios de los recursos que le provee el medio ambiente. Sin embargo, este fenómeno conduce a una apreciación de la moneda que finalmente, por la alta competencia entre las empresas, lleva a la desindustrialización'. ¿Será que por fin el Gobierno entiende que si no aprovecha este boom, que parece estar en su fase final, para fortalecer el sector rural y la industria, el crecimiento se vendrá abajo, con el empleo y la prosperidad de que tanto habla el Presidente Santos?
La segunda es que el Presidente Santos debe abordar los niveles de desigualdad, unos de los más altos de América Latina. Ojalá Stiglitz logre lo que muchos colombianos hemos buscado y no hemos sido capaces de demostrarle al gobierno que no es suficiente bajar pobreza si los sectores ricos siguen concentrado riqueza y poder. Es bueno repetir hasta el cansancio que la solución no se puede quedar en darle a los pobres pero dándole más a los ricos, que es que estamos haciendo en Colombia y lo que ha hecho Chile hasta ahora.
La tercera, que tiene que haber una estrategia nacional urbana para enfrentar el problema de la rápida urbanización: "Medellín, por ejemplo, lo ha hecho maravillosamente, pero podría ser mejor si hay asistencia del gobierno central", agregó Stiglitz. Lo que el Nobel no sabe es que ya los colombianos le hemos dado mucho a Medellín, por ejemplo financiar gran parte del metro, mientras a otras regiones mucho más pobres las hemos dejado sueltas. La verdad es que si se debe reconocer que los aporte de la Nación, a diferencia de lo que sucede en otras ciudades, si se notan.
Y como lo menciona el Espectador, "(…) para el nobel es importante lo que él llama "un tema antiguo que sigue existiendo", y es que Colombia tiene que luchar por nivelar su papel en el campo de juego que significa haber formado el TLC con EE.UU.: "Esos no son tratados de libre comercio, libre sólo es el nombre. Son tratados manejados por el interés de Estados Unidos, o sea, que no crean un campo neutral para los dos países", aseveró. De nuevo, será que aquello que hemos repetido hasta el cansancio pero que ha caído en el vacío viniendo de Stiglitz si lo escuchan?
Obviamente Stiglitz no podía terminar su intervención sin reconocer "los beneficios que traería una eventual firma de la paz para la economía colombiana. Para él, "la paz sería un trampolín para el crecimiento económico de Colombia", y añadió que durante los diálogos las partes deberán abordar el tema de la desigualdad.



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