Colombia de acuerdo a nuestro Estatuto Supremo es un Estado Social de Derechos basado esencialmente en el respeto a la dignidad humana, de ahí que es un deber fundamental que las
autoridades están instituidas para proteger a todas las personas en su vida, honra, bienes y creencias residente en nuestro territorio; con base a estos principios constitucionales le corresponde a la estructura estatal prevenir, proteger y garantizar la no repetición, ya que el estado tiene la obligación de adoptar medidas para evitar a toda costa la ocurrencia de violación de Derechos Humanos e Infracciones al Derecho Internacional Humanitario y además neutralizar o superar las causas y circunstancias que generan riesgo en el conflicto armado interno que se vive en nuestra democracia; así mismo impulsarla generación de imaginarios sociales de solución pacífica de conflictos, como también podemos decir que unos de los elementos fundamentales para que esta guerra no siga, es precisamente tomar como punto de referencia la no repetición, basado que cuando las violaciones graves y manifiestas a las normas Internacionales de Derechos Humanos o las Infracciones al Derecho Internacional Humanitario ya han sido consumadas, el estado debe adoptar programas y proyectos de no repetición que incluyan acciones afirmativas, económicas, y políticas que desarrollen medidas adecuadas para que las víctimas no vuelvan a hacer objeto de violaciones a los Derechos Humanos ni Infracciones al Derecho Internacional humanitario. Estas deben tener como finalidad a disolver definitivamente las estructuras armadas al margen de la Ley que persisten, derogar o cambiar disposiciones, dispositivos y conductas que favorezcan la ocurrencia de tales violaciones y continuar fortaleciendo las políticas de Promoción y Protección de los Derechos Humanos y aplicación del Derecho Internacional Humanitario, por eso somos del criterio que el Estado debe prever los escenarios, estructurar una organización, definir medidas técnicas y apropiar los recursos para prevenir cualquier violación a los derechos humanos, así mismo invitar a todas las organizaciones académicas a que enseñemos la importancia de estos derechos para que las nuevas generaciones que vivieron y soportaron este flagelo se aparten de cualquier pensamiento que vaya encaminado a volver a repetir lo ya sucedido; desde esta óptica le extiendo mi tarjeta de invitación a que como ciudadanos amantes de la paz y la justicia social enrutemos este camino para así lograr atemperar esta situación y lograr unas mayores alternativas de reconciliación que mejoren la calidad de vida de todas estas personas, y lograr consolidar la paz como requisitos indispensables para vivir como seres humanos. Ya que para lograr estos objetivos debemos recordar lo que afirmó el Papa Pablo VI en su encíclica pulorum Progressio de 1967 cuando dijo: "Si quiere la paz, lucha por la justicia".