El olvido colombiano

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Escrito por:

Eliecer Avendaño Restrepo

Eliecer Avendaño Restrepo

Columna: Nueva Misión y Visión

e-mail: eliecerjoavre@hotmail.com



Es tan lejano el recuerdo que se pierde en la bruma de la memoria gaseosa de lo social, parece que su existencia se apagó y está perdida en lo más profundo del abismo del olvido que está cercano al fondo de la oscuridad del no existir.

Parece que todo el esfuerzo de la lucha se esfumó, tengo la impresión que el olvido es otra obra programada, de quienes todo lo quieren para sí, aquellos que desprecian lo social, estigmatizan la protesta, acallan la lucha por los derechos y esconden las oportunidades para el procomún, porque no quieren un pueblo preparado que practique un desarrollo sostenible con modelo diferente con el cual se obtenga el bien para todos. Que no es una metáfora, sino una verdad cierta y maximizada, el bien para todos los estratos sociales, unidos por una patria que cobija a quienes participan con seriedad y honestidad en la empresa pública o en la empresa privada.

Observar el país adolorido, frustrado, violentado, inmoralizado, y una masa enceguecida y sorda, convencida desde cuna y antes de ella, que solo la agresividad sostiene sus vivencias, que pueden pensar y actuar en beneficio de quienes pregonan la guerra, como única fórmula para ser elegidos y administrar desde la barbarie este país, es mucho mas que un despropósito de grupos políticos cuya sola aspiración y programación, es continuar pregonando la destrucción de la Nación, pero somos los propietarios del territorio, somos dueños de la herencia histórica y cultural, somos quienes tenemos derechos y deberes frente a la Constitución Nacional, somos los electores de los mandatarios que nos mal representan y constituimos el Estado Social de derecho, que ha desaparecido en las profundas aguas oscuras de la corrupción y aparece algunas veces cual bloque de hielo que solo muestra una pequeña parte de él.

Mirar este panorama de exterminio social programado, espontaneo y mediático de los derechos humanos, pero sobre todo de la actitud complaciente y aceptada por la mayoría e indiferente los otros frente a un panorama que muestra un futuro incierto, igual a un pasado lleno de errores y ambiciones que han regado los campos de la sangre inocente de colombianos que llevan a la otra dimensión el mensaje de los violentos fratricidas de los grupos que representan al enemigo del bien que están entronizados en nuestros campos y pueblos, comandados por quienes en las ciudades, nunca han escondido sus intenciones de continuar masacrando las ideas diferentes que defiendan el desposeído.

El presente panorama que se vive a diario muestra cómo se degrada la forma de producir beneficios personales y grupales: guerrilla, paramilitares, bacrim, oficina de sicarios, delincuentes, corruptos de todas las layas, políticos banales, funcionarios ineptos e incapaces y sobre todos un sector complaciente y tolerante, pero aún mas grave otro sector que está haciendo todo a su alcance para que nuestras Fuerzas Armadas y las de control, solo estén dedicadas a defendernos de los terroristas de derecha o de izquierda y ellos puedan continuar esquilmando y engañando al país.

Frente este horrido panorama, está el hecho de las grandes riquezas de nuestro suelo y nuestra posición geográfica, donde hay demasiada fortuna, que alcanzaría para que todos viviésemos dignamente, pero en contraposición existen personas, que están interesadas en desprestigiar la democracia, mostrando que solo la fuerza de las armas, es la respuesta a la violencia y ven en la paz un enemigo a sus insanas intenciones.

"Solo quien acerca mas a Colombia al averno, puede utilizar la guerra interna como argumento político". Dios salve a Colombia y todo aquel que todavía es capaz de acompañar a quienes son detractores de la paz, son los pobres los que luchan entre sí para complacer aquellas almas negras que triunfantes de una y otra orilla de la violencia intelectual y física adornada de florituras aparentan defender la democracia y los derechos humanos que ellos mismos violan alevosamente todos los días.

Solo pedimos que todos los colombianos nos demos las manos como hermanos y perdonemos, pero cambiando lo pasado, no mas guerrilla, no mas paramilitares, no mas bacrim, no mas delincuencia común, pero principalmente no mas corruptos robándose el erario público y privado, no mas justicia acomodada, no mas gobiernos débiles, no mas indiferencia de los colombianos sobre su Cultura y su Historia.



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