Donación de órganos: acto humanitario

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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



La donación de órganos más allá de ser un acto de generosidad, se convierte en la posibilidad que tiene quien escribe esta columna y quienes la leen, de dar vida. Pienso en aquellos pacientes que no cuentan con otra alternativa para mantener su salud, que la de la voluntad de las personas para donar sus órganos.

Este proceso, que busca reemplazar un órgano enfermo por uno sano, puede ser realizado en Colombia por cualquier persona viva o muerta. En el caso de quienes fallecen por muerte encefálica, encontramos que de un solo donante, pueden recibir ayuda hasta 84 personas, siempre que se obtenga el consentimiento de la familia.

Actualmente, la necesidad de los pacientes de trasplante de órganos es altísima. Sin embargo, debido a la desinformación, poco se ha podido hacer por ellos. Mientras usted lee esta columna, hay más de 1.220 personas esperando un trasplante de riñón, más de 72 personas requiriendo un nuevo hígado y más de 24 personas necesitando un corazón.

Pese a esta larga fila de espera, existen en el imaginario social mitos que impiden una respuesta más ágil. Por ejemplo, algunas personas aún creen que en Colombia los trasplantes se realizan principalmente para los extranjeros.

Esta idea resulta equivocada frente a los números obtenidos: en el 2012, de los 1.111 procedimientos de trasplante que se realizaron, solo 3 fueron sobre pacientes extranjeros.

Sumado a lo anterior, recientemente la Corte Constitucional emitió una sentencia en la que confirmó que el servicio de trasplante de órganos a extranjeros, se puede realizar únicamente cuando no existan receptores nacionales en lista de espera.

Sumado a eso, encontramos el mito más problemático en esta materia, el del robo o contrabando de órganos.

Periódicamente se lanzan cadenas por internet que afirman cosas como que una mujer fue encontrada en un hotel dentro de tinas de hielo porque le robaron un riñón o sus ojos. Nada de esto es cierto; el Instituto de Medicina Legal ya se ha pronunciado, diciendo que a la fecha, no se ha demostrado la ocurrencia de un solo caso de robo de órganos en Colombia. Reaccionemos, la desinformación no puede hacernos indolentes frente a esta grave problemática.