Paro agrario: propuesta de solución

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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



Mientras se escribe esta columna, seguimos en paro nacional. Ha sido recurrente afirmar que la crisis del agro se debe a los Tratados de Libre Comercio (TLC). Estos acuerdos comerciales han afectado el campo y el aumento de importaciones ha deteriorado la productividad del agro, sin embargo, esta no es la principal causa de la ruina en que se encuentran los productores campesinos colombianos.

La razón estructural de la ruina del campo, es que el sistema de producción y distribución de productos agrícolas tiene un sistema monopolístico y pre-moderno. Este sistema se caracteriza no solamente por una pésima distribución de la tierra, mal uso de la misma y porque las cadenas de distribución de productos e insumos, están controladas por unas pocas personas que le imponen un régimen mafioso a unos campesinos desorganizados y atomizados.

Bajo esta idea, se puede afirmar que el paro agrario no resuelve las condiciones estructurales que mantienen al campesinado en la pobreza. Tal y como ha sido planteado el paro está encaminado a ejercer presión sobre el Gobierno Nacional para obtener beneficios sectoriales. Sin embargo, hay un efecto quizá más importante que podría resultar del paro y es, que la parálisis y los bloqueos de los últimos días, les permitan a los campesinos productores, darse cuenta de que no son competidores en un mercado global ni en el actual mercado interno y que allí, todos tienen un interés común.

En esa medida el paro debe traer como resultado la organización colectiva de campesinos que más allá de presionar al Gobierno, logre obtener una mejor posición de negociación frente a quienes controlan las cadenas de producción. La agenda con el Gobierno Nacional debe ir más allá de la obtención de subsidios agrícolas; es indispensable consolidar las condiciones materiales necesarias que les permitan a los campesinos organizarse colectivamente como productores de alimentos y estructurar empresas agrícolas que les otorguen mayor poder de negociación en el intercambio de productos y la fijación de sus precios.