Mientras nuestros valientes y arriesgados deportistas dejan la última gota de sangre y sudor en las carreteras del viejo continente, se enfrentan a los peligros de la velocidad en distintas pistas del planeta o combaten como verdaderos gladiadores en decenas de estadios en los cinco continentes, aquí en mi querida tierra, los simples mortales debemos soportar las situaciones más aberrantes cometidas por los dueños de Colombia.
Miremos simplemente lo obvio:
Un presidente pleno de ambición por el poder ha dedicado tres largos años de su gobierno a preparar su sucia reelección. Como el pueblo no está de acuerdo con él y con su postura deshonesta, acusa al pueblo de ser enemigo de Colombia. ¿Cómo se puede llamar esto?
¿De los honorables magistrados qué, acaso no son algunos de ellos sospechosos de defraudar las arcas del estado? Mejor no diga nada amigo del pueblo porque fácilmente puede ir a parar a la cárcel por reclamar justicia, además puede ser que usted sea acusado de difamación o calumnia. Recuerde que aunque estos señores recorran todos los rincones de la tierra en ochenta días como en la obra de Julio Verne, no lo hacen en bicicleta o en autos formula indy, sino en crucero. ¿Digan ustedes si esto no es aberrante? ¿En quién tendremos que poner nuestra esperanza Colombia? Pienso que en estos personajes ni de fundas.
Y que me dicen de los amigos indígenas del Cauca pertenecientes a un movimiento político medio extraño, se reúnen como si nada con los angelitos de las Farc para debatir sus aspiraciones a los cargos públicos que se repartirán entre los más corruptos en los próximos comicios electorales.
No se ustedes, pero yo me acuerdo que personajes cercanos a estos caballeros humillaron agredieron y desalojaron dizque de sus tierras, a nuestros soldados. ¿Por qué no hacen lo mismo con los asesinos de Colombia? De que existe algo turbio por esos lares existe, no tengan la menor duda. Seguramente ya les están haciendo campaña al señor Santos y a los criminales del secretariado.
Hablando de los angelitos de las Farc, ¿Qué les parece el ataque a los soldados en Norte de Santander, el asesinato de los miembros de la patrulla de migración en la Guajira y todas las barbaries de los últimos días? ¿No es acaso una canallada hablar de paz en estos términos?
Claro que si es una canallada, pero como a la clase política corrupta que busca la reelección, no la paz, no le importa valerse de lo que sea para lograr sus insanas intenciones, entonces que los criminales sigan derramando sangre colombiana cada vez que se les dé la gana. Para eso ellos tienen el respaldo de un gobierno corrupto y de algunos funcionarios judiciales canallas que les guardan las espaldas. Si esto no es cierto, ¿Por qué doña Piedad y los amigos de la guerrilla todavía deambulan libremente haciendo de las suyas?
¿Qué otra cosa se puede decir? Nada. Simplemente estamos a merced de los canallas más grandes que haya dado la historia de la humanidad. ¿Quién piensa usted es el más canalla? Pienso que todos están cortados con la misma canallada, digo con la misma tijera.
Lo único que resta decir, qué tristeza ver a nuestra querida Colombia sumida en la corrupción y la miseria. ¡Hasta cuando Dios mío!