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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Cuando el Señor Presidente Santos dice: Hay que apurar las negociaciones de paz, es porque están estancadas.

Es innegable que estas tuvieron un punto de quiebre, cuando en Semana Santa el Secretariado de las Farc en la mesa de diálogos dio la orden de cesar hostilidades y varios frentes no obedecieron atacando a la población civil.

La respuesta de los frentes disidentes a la orden del Secretariado de las Farc en La Habana de cesar el terrorismo por la Semana Mayor, fue que asesinaron a una Humilde familia, campesina en el Cauca con un cilindro bomba.

En un retén ilegal en la carretera que conduce hacia Valledupar asesinaron a varios miembros de una familia de clase media en su carro particular.

Hacer terrorismo, asesinar gente desarmada, es fácil, por ejemplo con unas ollas a presión, pólvora negra, tachuelas y bolas de cristal en la maratón de Boston las explotaron, causando muertos y más de un centenar de heridos.

Es de admirar y ojalá imitar, la respuesta contundente de los Estados Unidos; movilizaron 9.000 policías, grupos de investigadores, esto es activaron cinco brigadas móviles para enfrentar a cuatro terroristas, con el saldo uno dado de baja, tres capturados estando uno herido.

En Colombia para destrabar las negociaciones de paz con los terroristas, porque el diálogo se estaba desarrollando con un 30% de las Farc y que se integrara el resto se suspendieron las operaciones militares, para que se incorporara en la mesa de diálogos en La Habana, Pablo Catatumbo, en representación de los que se encontraban en disidencia con los negociadores.

En febrero del 2002 cuando se acabaron las negociaciones de paz en el Caguán con las Farc, la bandera de la conciliación la enarbolaron el Gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa; "Por una Antioquia Nueva" y el ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri Mejía, apóstoles de la No Violencia para el 17 de abril iniciar una marcha de 155 kilómetros entre Medellín y la población de Caicedo con el fin de rechazar las acciones violentas de los grupos ilegales.

El recorrido fue interrumpido por los guerrilleros de las Farc, al mando de alias "El Paisa" antiguo lugarteniente de Pablo Escobar, a Guillermo Gaviria con su asesor Gilberto Echeverri los secuestraron para después, el 5 de mayo de 2003 asesinarlos con ocho miembros de la Fuerza Pública, compañeros de cautiverio, los masacraron amarrados a las cadenas en estado de indefensión.

El deseo de los idealistas de Harvard, como cariñosamente se les recuerda era "La paz nos llegará, tarde o temprano y todas las regiones de nuestro territorio volverán a ser centros de vida y población". Sic.

Como porta Lábaro de esa bandera y habiendo estudiado en la misma universidad de Harvard la exalta el Presidente Juan Manuel Santos.

Esperemos que la hinque en un pedestal seguro y sin impunidad, porque las víctimas de las Farc y todas las víctimas de los actores del conflicto sin tener en cuenta las condiciones sociales merecen justicia con respeto.