Mientras los asesinos de Colombia disfrutan unas vacaciones remuneradas en Cuba y su sequito de malhechores viaja por todo el mundo mostrándose víctimas de un conflicto miserable que ellos mismos, en nombre de la revolución y en nombre del pueblo, han dado a luz, el gobierno perverso que por desgracia los colombianos elegimos, no ha hecho otra cosa sino vender a los hermanitos Castro, la corrupta izquierda latinoamericana y a los deshonestos órganos de derechos humanos del planeta, la poca patria y el poco orgullo que nos queda.
Además que debemos soportar semejante despropósito, también tenemos que aceptar que la Doña del turbante, los comandantes alcaldes del M-19 y el Eln, los milicianos encapuchados de las Farc, y el resto de grupos narcoterroristas que siembran la muerte y la desolación en las calles de los pueblos y ciudades colombianas, salgan a impulsar el consumo de drogas, libre de toda restricción, para la comunidad joven colombiana.
¿Qué buscarán el Señor Petro, la doctora Piedad y otros más que andan por ahí camuflados haciéndose los inocentes con el cuento de la legalización de la droga? No sé. Como no han podido con las armas y mucho menos con los votos, seguramente pretenden engañar con este cuento a los hijos de Colombia para que voten por ellos en las próximas elecciones. Usted no puede ser elegida señora Piedad, ¿acaso no lo recuerda? Deje de inventar tanta artimaña retorcida.
¿Qué se puede esperar de este tipo de personas? Nada bueno. La gran Farc-cha por la paz, no fue más, sino una gran farsa montada por un grupo de delincuentes que pretende apoderarse de los organismos del Estado, legalizando la droga.
No sé qué piensan ustedes padres de familia. No sé si continuarán haciéndose los ciegos y los sordos ante una situación criminal como esta. No se ustedes, pero yo no pienso quedarme callado ante el accionar miserable de estas personas, pues mis hijos también están en peligro.
Denuncien a estos bandidos, ahí están los videos y las pruebas que se necesitan para judicializar a quienes desean pervertir a la juventud induciéndoles por el camino de las drogas.
Qué vaina, hasta donde hemos llegado. Si los miserables políticos corruptos de Colombia junto a la perturbada Piedad Córdoba desean fumarse su bareto, está bien. Que se dañen la vida ellos, pero que no le dañen la vida a aquellos en quien Colombia ha puesto sus esperanzas.
¿Es qué acaso no alcanzan a apreciar las burdas celadas tendidas por los enemigos de Colombia? Bueno si no las alcanzan a apreciar, entonces miren bien. Porque mientras los villanos promueven el bareto, el pueblo colombiano sufre las hostilidades indiscriminadas de los farc-cinerosos comandados desde La Habana.
¿Qué pasa con las autoridades judiciales, con el señor Fiscal General de la Nación y el Procurador que no actúan? ¿Hasta cuándo vamos a soportar a esta clase de personajes haciendo de la suyas sin que nadie haga nada? Ya está bueno con doña Piedad, Petro y con otros más que se hacen los locos. Actué señor fiscal, porque para eso lo nombraron.
Por mi parte, aunque no les guste a los enemigos de Colombia, yo si voy a seguir expresándome sin temor, porque es hora de hacer frente a la delincuencia y porque además, nuestros hijos merecen un futuro mejor. ¿No lo creen así señores padres de familia?