La marimonda presidencial

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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Cada disfraz con su máscara, tiene su connotación y significado.

El disfraz de "Marimonda" es el más representativo del Carnaval de Barranquilla", nació con las carnestolendas, se puede decir que lo inventaron los españoles, se escogía al Afro descendiente mas cachazudo, para que fuera el "Rey de Burlas" con una careta del mico mas feo de la especie animal, un moco parecido a la trompa del elefante, unas orejas como la de Dumbo, un pito que se llama "Pea Pea" porque emite un ruido parecido la salida de los gases intestinales y un vestido irreverente.

Se acercaba a las damas españolas e iniciaba sus fuertes ruidos estomacales para alejarse brincando y así evitar ser molido a golpes con los paraguas.

Por eso el lema "No solamente es disfrazarse de Marimonda sino los brincos y peos que hay que echar". Y recibir uno que otro golpe en chanza o en serio.

Cuando el jefe de Protocolo expresó que el Presidente iba a utilizar ese disfraz, no nos imaginamos a Juan Manuel Santos en su caracterización.

Hace años cuando estaba de moda la película del "Rey León" a un famoso estilista de Barranquilla despechado porque no lo seleccionaron como reina de los "Gay" se gastó una buena cantidad de dinero para disfrazarse como el protagonista de la película y en la Batalla de Flores caracterizó admirablemente su disfraz, tanto que terminó en cuidados intensivos deshidratado en la clínica por el esfuerzo en representar a un macho dominante bajo un sol canicular.

Algo diferente le pasó al hermano de una reconocida coreógrafa barranquillera, importó un excelente disfraz de "Arlequín" del Carnaval de Venecia y los asistentes al espectáculo por tomarle el pelo, al verlo caminar muy amanerado en el escenario, le gritaban: Hey el del disfraz de "Payaso" y este en una forma aflautada pero vehemente gritaba "De Arlequín" no de "Payaso".

A pesar de las burlas y risotadas dejaba constancia que estaba disfrazado del glamoroso personaje europeo y no del triste payaso de las carpas circenses.

De los disfraces, hay una anécdota curiosa, el que se disfrazaba de "Drácula", terminó donde el psiquiatra, porque quería dormir en un féretro, beber sangre y demás pormenores de ese oficio.

Como estudié en un colegio de Sacerdotes Jesuitas, el sábado de Carnaval se iniciaba con una misa matutina y los alumnos en vez de libros llevábamos los atuendos del Carnaval para incorporarnos a esa batahola desenfrenada, sin acordarnos de la "Homilía Matutina" donde nos recomendaban tener mesura en la festividad del "Rey Momo" y que no es válido el lema "Todo pasa en Carnaval" porque a los nueve meses se ven los resultados.

La tradición del Carnaval se aprendió a ritmo de tambor en el vientre materno.