Ahora sí, ¡Centro Democrático!

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Francisco Galvis Ramos

Francisco Galvis Ramos

Columna: Contrapunto

e-mail: contrapunto@une.net.co



El 2 de octubre del año pasado escribí en esta columna de opinión un artículo bajo el título "Uribe, necesitamos Partido" y lo comencé de la siguiente manera: "desde el momento mismo en que el presidente Santos se alzó con todo, hasta con el partido de la U y el tendido de la perra también, se impone la necesidad de armar el nuevo partido que salga al rescate de la "seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social", que aglutine a los ciudadanos de todos los pelajes y antiguas banderías, centrados con firmeza en la figura señera de Álvaro Uribe Vélez."

Pues bien. Comenzamos la semana con la buena nueva de la formación del "Movimiento Centro Democrático" bajo la dirección del señor ex presidente Uribe y como resultado de juiciosas y pacientes meditaciones con las personas que le son más allegadas, entre las que se cuentan patriotas de la condición de Marta Lucía Ramírez, Luis Alfredo Ramos, Oscar Iván Zuluaga, Francisco Santos, Rafael Guarín, José Obdulio Gaviria, Juan Carlos Vélez y, entre los otros que quisiera mencionar, Paola Holguín, José Félix Lafaurie y Carlos Holmes Trujillo. Y no son todos que por el espacio aquí no caben, so pena de volver este escrito un llamado a lista.

Desde las redes sociales, en especial los tuiteros afectos al caudillo, veníamos urgiendo por una decisión de tal calado, rotas como estaban ya las relaciones con la Casa de Nariño y el Partido de La U, por motivos serios conocidos de la opinión pública, en donde bien podrán seguir haciendo de sus capas unos sayos de la mano de las medianías que los rigen, en olor no de santidad y si de felonía y mermelada.

A mi manera de ver, nuestro programa es simple y suficiente y del mismo dimana la prosperidad nacional: la "seguridad democrática", porque garantiza el restablecimiento del orden y la vigencia de la Constitución y las leyes; la "confianza inversionista" porque nos asegura la creación de empleo y riqueza y la "cohesión social" para combatir con ardentía la miseria y lo que conlleva de hambre, ignorancia, insalubridad, servicios públicos cortados y muchas otras necesidades básicas insatisfechas asociadas a tal condición de infortunio del prójimo.

Nos debemos proponer retomar el rumbo perdido bajo el gobierno 'nobelero', perverso y novelesco del presidente Santos y entiéndase que cuando digo 'nobelero' me refiero al ansiado Premio Nobel de Paz, pretensión gravosa e inútil porque nos pone a merced de las arbitrarias, desmedidas e impertinentes aspiraciones de los facinerosos. Como lo reconfirman las encuestas, las mayorías nacionales no aceptamos que el Presidente saque el país a pública subasta en La Habana.

Seremos los guardianes de la soberanía y de la integridad del territorio e insistiremos en desacatar el inicuo fallo de La Haya, proferido por jueces poco juiciosos que quizás podrían merecer el título de prevaricadores. Si el actual presidente no lo hace, con seguridad será conducido a las barras del Senado para que responda por una acusación de Traición a la Patria.

El Movimiento nace fuerte y con el correr de los días será una fuerza tan avasalladora, que elegirá Presidente de la República junto con el conservatismo y otros sectores y claras mayorías en las dos Cámaras. Por ejemplo, en todo Antioquia y en Medellín los doctores Uribe Vélez y Ramos Botero protagonizarán la mayor apoteosis electoral de todos los tiempos y así será también a lo largo y a lo ancho de la geografía política nacional.

Y terminé aquel artículo diciendo y hoy lo reitero, que "los partidos existentes podrán seguir adelante en la búsqueda afanosa de su propia extinción, como las montoneras que son. En cambio el uribismo tiene la responsabilidad y la misión históricas de ofrecer una alternativa orgánica para el gobierno de la Nación descreída y así mismo anhelante de un mejor horizonte."

Tiro al aire: y ojo con los advenedizos, los oportunistas, los infiltrados, los felones, los zascandiles y los mentecatos.