La elección del Procurador

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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Muy al estilo latino, a la media noche en medio de aplausos y fervor, con solicitud de silencio del Presidente del Senado Roy Barrera, fue recibida por las barras en el Senado de la República la reelección como Procurador de la nación del Dr. Alejandro Ordoñez Maldonado.

Teniendo en cuenta los fríos guarismos, la victoria fue aplastante, 80 votos a favor, esto es un 87%, 6 en blanco de la oposición encabezados por el Senador Luis Carlos Avellaneda del Polo Democrático, 2 votaron por el candidato Orlando Gallo y 5 por la que se creía que iba a dar la batalla por el puesto de Procurador, la hermosa Magistrada María Mercedes López, quien renunció por considerar que no había garantías. Pedía una semana de aplazamiento para visitar a los Senadores.

Lo expresó por la televisión y una funcionaria o funcionario para ese cargo, no puede tener compromisos con el Senado porque no lo puede investigar.

Paradójicamente la reelección se inició con una votación en que el mismo Senado debía decidir los impedimentos de 39 Senadores que habían declarado que tenían la esposa o parientes de afinidad o consanguíneos trabajando en la Procuraduría.

La campaña a favor de la reelección la presidió el Senador Roberto Gerlein, y se puede decir que en teoría, porque la voz de los Senadores es la del pueblo que lo eligió, ya sea con voto comprado o cambiado por tejas, cemento o de opinión, es la vocería de "La Sociedad colombiana la que vio en su Representante las garantías constitucionales para que asuma la difícil misión de combatir la corrupción y el clientelismo."

De las cualidades morales del Procurador electo, no se dudan, le toca sacudirse y ojalá lo pueda del lastre político que arrastra.

El poder político, tiene el poder de asignar los contratos; y muchos de los familiares de los Senadores, son propietarios de las empresas contratistas del Estado, por eso ocurren en este país del Sagrado Corazón, los carruseles de las contrataciones.

Pero dejando a un lado el pesimismo, deseemos que nuestro flamante Procurador acabe con lo que se denomina el clientelismo, que es sinónimo de corrupción, por ejemplo, las cuotas políticas en la rama Judicial, que en lo laboral se presenta un binomio que se convierte en un leviatán, el poder político de los Senadores combinado con el poder económico de sus hermanos con las empresas familiares abusan de sus trabajadores.

Saludos a nuestro cruzado Procurador y que Dios y la Virgen como les agradeció su nombramiento, también le den la victoria y para hacer la justicia anhelada por los colombianos.



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