Fantabuloso con "f" de Falcao

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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Aunque evito al máximo hablar de fútbol, política, filosofía o religión porque son temas que involucran las emociones, la pasión y en algunos casos el fanatismo extremo, estos son siempre temas interesantes que cautivan mi atención.

Y aunque los expertos en el idioma me fusilen por estar utilizando términos que no han sido revisados y mucho menos aceptados por la ilustre Academia Española de la Lengua, voy a utilizar el término fantabuloso, (Fantástico y Fabuloso) que algunos jóvenes usan hoy día, para referirme a la excelente y destacada actuación del combinado de fútbol nacional, y en especial, el memorable desempeño del goleador samario Radamel Falcao García.

Alguna vez mencioné en uno de mis artículos que no existe profeta sin honra, sino en su pueblo y entre su propia gente.

En ese artículo comenté que al igual que Shakira y Carlos Vives, nuestro joven futbolista debió emigrar a otra región del continente y a Europa misma para consagrarse como uno de los mejores del mundo.

Sin embargo en su propia tierra, mi Santa Marta del alma y en Colombia en general, fue maltratado sin justa causa por aquellos que se consideran las enciclopedias vivientes del futbol, y por los que simplemente utilizan el deporte como mecanismo para atropellar y maltratar a sus semejantes, y solo porque alguna vez este talentoso futbolista erró un tiro penal contra Perú.

Afortunadamente Dios siempre reivindica a aquellos que se esfuerzan y son valientes, y además a aquellos que perseveran y no permiten que los envidiosos y egoístas roben sus sueños. Sí, los sueños de ese muchacho honesto, responsable y humilde se hicieron realidad.

Dios permita que igualmente, los sueños de todos nosotros, inclusive los más sublimes, se hagan realidad.

Falcao merece este triunfo y mucho mas, y además Colombia lo merece y vibra con la actuación de sus gladiadores.

No puedo ser irrespetuoso con el equipo colombiano y mucho menos con su técnico. En realidad el triunfo de Colombia es de todos aquellos jugadores y cuerpo técnico que han sido convocados y participan de las acciones de esa selección, dentro y fuera de la cancha.

Hoy afortunadamente, no es solo Falcao, sino también James, Teófilo, Yepes, Valencia y todo el plantel en general, el que se destaca. Y lo más importante de todo, Colombia puede decir hoy que el futbol no es simplemente patear una pelota y ya, sino que el futbol contiene enraizado en sí mismo, y en sus futbolistas, la condición humana que tanto buscamos en los hijos de este gran país. Esa condición humana que tanto anhelamos conseguir no solo para bien nuestro, sino también para bien de nuestros semejantes.

No basta con ser el más talentoso jugador de futbol para convertirse en el mejor, no. Es necesario abordar y atesorar con vehemencia y con respeto el sentimiento humanístico que convierte a cada persona en un ser de calidad interior y espiritual de inigualables proporciones para llegar a convertirse en mejor profesional y en mejor ser humano.

De todo eso hay en la mente, el pensamiento y el corazón de los veinte gladiadores colombianos que la semana anterior batallaron valientemente en contra de la adversidad y los malos vientos, condiciones humanísticas de infinitas proporciones.

Felicidades Colombia, ahí están tus hijos. Felicidades al fantabuloso Falcao y a todos sus compañeros, que Dios los siga bendiciendo y colmando de triunfos. Por mi parte, me dedicaré a buscar incansablemente esa calidad humanística que exteriorizan los grandes hombres, y que hasta hoy desafortunadamente, no he logrado conseguir.