El Titanic, de lo divino a lo profano

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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Hace cien años, el 10 de abril del 1912 zarpó desde Southampton hacia Nueva York en su viaje inaugural con la orden de cubrir el trayecto en menos de 6 días el buque Titanic, con la mejor tecnología, el mejor grupo de apoyo del mejor astillero, la mejor tripulación, adornado con la frase del arquitecto Naval Thomas Andrew "En el peor accidente es imposible que se hunda" la Sociedad de Ingeniero la bautizó "Este buque ni Dios lo puede hundir" y la confirmó el propietario.

Desde el punto de vista técnico, esta premisa tuvo que ver con la cadena de errores. El primer eslabón; el arquitecto solicita dotarlo de 64 botes salvavidas con capacidad de 60 personas cada uno.

Los dueños consideran antiestético a un buque que ni el Supremo Hacedor lo puede hundir dotarlo de esa cantidad y solamente autorizan 20 botes salvavidas, se salvaron 700 personas condenando a muerte a 1.527 pasajeros que perecieron ahogados.

La tripulación le repetía a los pasajeros el desafío a Dios cuando abordaban el crucero lo que causó un enfrentamiento con el vigía marinero David Blair al que le dieron media hora para abandonar la embarcación y en la premura del tiempo, no entregó la llave de la cómoda donde se guardaban los anteojos larga vista, binoculares o catalejos del vigía de guardia y lo peor, no rompen la cerradura para sacarlos era innecesarios para un buque insumergible.

Se presenta una conjunción del Sol y la Luna, presentando "Sicigia" (Marea alta y fuerte) que no es problema para un buque grande, pero sí causa el desprendimiento de témpanos o bloques de hielo (iceberg) en el cascote polar.

Al Titanic, le llegaron ocho advertencias de iceberg e inclusive el telegrafista de la M/N California que se encontraba a 6 millas de distancia, le comunicó el paso de varios témpanos de hielo y que el Capitán había dado la orden de suspender la navegación y esperar el día para continuar, el trayecto.

El radio Operador de Titanic Jack Phillips le respondió "cállese" y eso fue lo que hizo, desconectó el equipo y se fue a dormir.

En ese momento, como el Capitán del California debió parar el Titanic, hacer una reunión de oficiales y tomar verdaderamente el mando de la embarcación porque no le autorizaban bajar velocidad, navegar de día con vigías dotados de binoculares, que permiten observar obstáculos a 30 kilómetros.

Pero tenía marcado en hierro candente las frases de las escuelas náuticas y militares, "Como ordene y cumplida su orden" que lo llevaron al desastre.

Respetuosamente califico que como no cumplió su deber como capitán Smith, a las 23:40 horas del 14 de abril el vigía Fred Fleet sin binoculares, avista un tempano de hielo a una distancia de 100 a 500 metros, da la alarma, el oficial de guardia, quien da las órdenes correctas, todo a babor, parar máquina, reversa, pero a esa distancia y a 40 Km. Por hora es imposible evadirlo.

El buque de 50.000 toneladas, se estrella contra un tempano de hielo de 150.000 a 300.000 toneladas, produciendo un huecos debajo de la línea de flotación de 1 metro de diámetro, reventando casi un millón de los tres millones de remaches, inundando 6 de los diez y seis compartimientos estancos y con el agravante que estos se comunicaban por encima y los mamparos llegaban hasta la primera cubierta.

El arquitecto del buque que estaba a bordo, revisa los daños y le comunica al Capitán que el buque se hunde en cuestión de horas y este le contesta: ¿Cómo si este buque es insumergible". El dueño Bruce Ismay abandona el buque.

El Capitán pasa a la sala de comunicaciones para ordenar a los radio operadores Phillip y su ayudante Harold Bride de radiar C.Q.D. Come Quickly Danger (Vengan Rápido Peligro) y estrenar la sigla S.O.S., Save Our Sole (Salven nuestras Almas) para después dar la orden de lanzar bengalas y, ¡oh! sorpresa mayúscula, las bengalas de auxilio son rojas y solamente tenían las de color blanco y de colores que son para las celebraciones de las fiestas.

Inexplicablemente a pesar de tener un doble fondo reforzado, el insumergible Titanic se parte y los remaches se desprenden, desprendiendo hasta la escotilla de proa, quedando en el fondo del mar regado en un área de 800 Mts.