El Fuero Militar

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Escrito por:

Francisco Galvis Ramos

Francisco Galvis Ramos

Columna: Contrapunto

e-mail: contrapunto@une.net.co



Está sobre la cubierta el tema del Fuero Militar y con justa razón, porque tiene que ver con unos derechos que de siempre han tenido los miembros de la Fuerza Pública y que con el correr de los años les han sido disminuidos, cuando no mutilados, por la vía de la legislación y de la jurisprudencia, bajo el influjo de la guerra jurídica que libran los comunistas de túnica y megáfono en contra de la Nación colombiana, a efecto de disminuir la capacidad de acción eficaz de soldados y policías.

En todo Estado hay aforados y son aquellas personas a las que, por virtud de ciertas funciones que desempeñan, la Constitución y las leyes les confieren el privilegio de tener sus propios jueces, distintos a los que les corresponden al común de los mortales.

Así por ejemplo, altos cargos estatales como sean los magistrados de las altas corporaciones judiciales gozan de la prerrogativa de ser investigados y eventualmente juzgados por el Congreso en materia disciplinaria y penal, solo que eso nunca ocurre por cuanto la Comisión encargada de seguirles la pista duerme de siempre, amodorrada, el sueño propio del trópico, al punto que le quedó bien motejada al colega William Calderón Zuluaga cuando la nombra como algo parecido a la comisión de absoluciones y prevaricaciones.

Vaya usted y tóqueles el fuero a los señores magistrados para que se vea lo que pasa. Mínimo un carcelazo para el que de atrevido se meta. No ocurre lo mismo con los militares y policías que han soportado con paciencia ya inaudita la persecución y el avasallamiento de que son víctimas por parte de los activistas de toga que responden a los designios de Vivanco y del "secretariado" y no a los intereses de la Nación, comprometida está en ganarle la guerra a los comunistas de camuflado, siendo para ello necesario no solo compromiso, inteligencia, estrategia, pertrecho y munición, sino también garantías jurídicas ciertas e inamovibles que no los hagan presa fácil del conglomerado de mamertos que se ha tomado una parte de la justicia penal ordinaria, a cuyas manos curiosísimamente siempre caen las causas contra soldados y policías.

Hay por allí un grupo de congresistas de la mesa del "unanimismo nacional" encabezado por el senador Juan Lozano que, con inusitada virtud y excepcional patriotismo, se opone al retiro del Fuero del proyecto de reforma constitucional en curso y hacen bien en ello, porque lo contrario sería hacerle perder tiempo a asunto tan vital y hasta someterlo a la perdición, cuando lo práctico es insertar en el proyecto de acto legislativo en marcha la redacción últimamente recomendada, así se pare en la cabeza hasta el mismo diablo y, claro, teniendo en cuenta las juiciosas observaciones que ha hecho el ex presidente Álvaro Uribe Vélez en el diario El Colombiano.

Pero también es cierto que no bastan virtud y patriotismo cuando hay ausencia de valor. El caso es que el tema del Fuero Militar hace parte fundamental de la defensa de la República y de la Democracia.

Tiro al aire: el viejo Benjamín Disraeli comenzó de ayudante de un procurador allá en la Inglaterra que después gobernó con tan singular brillo de estadista. No se puede esperar que en Colombia ocurra otro tanto con el engreído, afectado y dañino empleadillo señor Panezzo que, además, se las da de dandi ayudado de brujas y duendes.



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