Una ciudad que se ahoga en su historia con las aguas negras

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Brayan Colón Polo

Brayan Colón Polo

Columna: Opinión

e-mail: briancolon006@gmail.com

La ciudad dos veces santa, la ciudad que tiene la magia de tenerlo todo y la ciudad que esta a pocos pasos de cumplir 500 años, sigue arrastrando un lastre que debería haberse superado hace mucho tiempo: las aguas negras. Caminar por las calles del centro histórico o en algunos barrios populares, es imposible no sentir una mezcla de indignación y profunda tristeza al observar cómo, a pesar de una rica historia y su innegable belleza natural, seguimos padeciendo de un problema tan básico y vergonzoso como la falta de un adecuado sistema de alcantarillado.

Es alarmante que en pleno siglo XXI, en una ciudad que se jacta de ser un destino turístico de renombre, las aguas negras corran libremente como lo hace pedro por su casa, afectando no solo la estética, sino también la salud de quienes habitamos la ciudad, ¿Cómo es posible que hablemos de desarrollo y de progreso cuando al visitar la ciudad lo primero que ven los turistas son los habitantes de calle y las aguas negras? Este problema no solo denota una falta de infraestructura, sino también una enorme indiferencia por parte de las autoridades locales.

Desde hace décadas, los habitantes de Santa Marta hemos sido testigos de promesas incumplidas y de proyectos que solo quedaron en veremos. La infraestructura de alcantarillado, si es que se le puede llamar asi, no ha sido capaz de seguir el crecimiento de la ciudad. Las zonas periféricas y las zonas céntricas, se ven obligados a soportar el hedor y los peligros sanitarios que representan las aguas negras, que se filtran por las calles cada vez que llueve o cuando los sistemas colapsan, algo frecuente en la ciudad mas antigua de Colombia y la segunda de Sudamérica.

Al acercarnos a un hito tan significativo como los 500 años de fundación de la ciudad, uno espera que las autoridades trabajaran arduamente para corregir estas problemáticas, pero la realidad es otra. La falta de acción por parte de las autoridades locales, refleja una dejadez inaceptable, un olvido imperdonable hacia los samarios que debemos convivir con los malos olores. ¿Cómo podemos celebrar con orgullo nuestra historia si el presente está marcado por el olvido?

Hablar de desarrollo y progreso es fácil, vender la ciudad como un paraíso terrenal es fácil, pues Santa Marta es una belleza de ciudad, pero lo que realmente define a una ciudad es como trata a sus habitantes y no solo a sus visitantes. Pienso que estos 500 años que se acercan, es la ocasión perfecta para reflexionar y, sobre todo, para actuar. No podemos permitir que Santa Marta continue siendo una ciudad donde lo superficial y lo temporal se imponga sobre lo fundamental y lo duradero.

Sin duda la solución a este problema y a muchos mas que padece la ciudad, requiere voluntad política, inversión y, sobre todo, un compromiso genuino por el bienestar de una tierra que Dios bendijo con bellezas naturales. Es hora que las autoridades dejen de mirar hacia otro lado y enfrenten este problema con total seriedad, no podemos seguir ahogándonos en las aguas negras mientras nos preparamos para los 500 años de una ciudad que, a pesar de todo, merece mucho más que vivir atrapada en el pasado y asfixiada por sus propios problemas.  

Más Noticias de esta sección