Prohibido estornudar

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Francisco Galvis Ramos

Francisco Galvis Ramos

Columna: Contrapunto

e-mail: contrapunto@une.net.co



Salvo ciertas bandas de cuello blanco dedicadas profesionalmente a asaltar el erario, unas reconocidas y otras que trasiegan campantes sin hacer ruido, los colombianos venimos reclamando una fuerte cruzada contra la corrupción, la pública y privada claro está, porque ahí van las dos pegaditas.

Y estamos del lado de esa lucha que debería ser feroz, sin tregua, sin misericordia, con resultados y no de dientes para afuera como ha solido acontecer a través de los años, en que el tema de la corrupción se volvió recurso aparatoso en boca de candidatos, destinado a capturar el favor de los votantes, para después como gobernantes olvidarse del asunto, como si sufrieran episodios prolongados de Alzheimer.

Parejamente al uso que hacen algunos de espejos retrovisores para lanzar sin beneficio de inventario mensajes subliminales contra los antecesores, se esperaría y nada dicen, por ejemplo, sobre los excesos en sus gastos de campaña, las fuentes de su financiación y la manera no siempre pudorosa como obtuvieron la elección.

En ningún caso la lucha anticorrupción puede volverse manía para disparar dardos emponzoñados contra personas que han servido con decoro y entera responsabilidad funciones oficiales, para hacerlos pasar por manilargos, cuando gran ladrón es también aquel que hurta la buena fama ajena.

No es la manera de cumplir con los deberes constitucionales y legales, ni desde luego el modo honrado de hacer política, protagonizar espectáculos mediáticos y abusar de las redes sociales para poner en la picota a personas probadamente honestas, cuando la obligación está en formular las denuncias penales y las quejas disciplinarias para que las autoridades competentes hagan lo que les concierne. Los gobernantes no son jueces.

Algunas demandas, denuncias y quejas podrán sobrevenir contra lenguas zafias y las entidades que ahora representan, donde pongan por procedimiento hacer justicia por propia mano y al amaño de sus propios intereses electorales futuros.

Hay que hacer votos porque no vayamos a tener cuatro años de repelencia y patanería y sí un período de crecimiento en valores y realizaciones que apunten a la continuidad del desarrollo humano, social y económico de la población de Antioquia.

Para nada fui beneficiario del gobierno de Luis Alfredo Ramos Botero, pero lo vamos a defender a como dé lugar porque es patrimonio colectivo y del conservatismo y no quede duda que los conservadores nos proponemos retomar la Gobernación en el siguiente cuatrienio porque nosotros, como ha quedado demostrado en varias oportunidades, sí que igualmente sabemos gobernar.

El estornudo es un acto reflejo que consiste en una inspiración brusca, involuntaria y súbita seguida de una expulsión estridente, ruidosa, violenta del aire de los pulmones por boca y nariz, no sabiéndose de nadie que haya podido estornudar con los ojos abiertos. Entonces cuídense los gobernantes de no hacerlo con frecuencia porque es la ocasión propicia para que las ratas les hagan fiestas. Ninguno, por puro que se proclame, está exento de ello. Dice Pedro Grullo que caras se ven pero corazones no.

Tiro al aire: los estornudos son todavía más devastadores cuando el gobernante padece gripa. Mientras saca el pañuelo y limpia los estragos, los daños serán más grandes.