El Banco Mundial rebajó los pronósticos de crecimiento económico al 1,5% para este año 2023. La desaceleración afecta el comercio, la industria y la vivienda, los cuales registran indicadores a la baja. Inflación anual a septiembre de 10,99%, baja en las exportaciones en agosto de 10,1%, cifras dadas a conocer por el DANE, tasa de interés de 13,25% y los problemas de liquidez y emisores que presenta la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) son factores que afectan al tejido empresarial y a la inversión extranjera.
El Gobierno debe dinamizar actividades fundamentales para la generación de empleo que demandan todo tipo de bienes y servicios en su realización. Pretender desconocer el esfuerzo que realizan los empresarios e industriales para mantenerse a flote es enviar un mensaje errado, cambiando el discurso se puede avanzar.
Los sectores productivos aún no alcanzan la expansión ni el ritmo de años anteriores. Es necesario establecer estrategias a corto plazo para que la economía se encarrile por la senda del crecimiento sostenible.
El entorno se polariza cada día más. El capital político invertido en defender y en sacar adelante las reformas, pero sin lograr los acuerdos requeridos. Si los sectores productivos no encuentran apoyo, no se le abren espacios para que expongan sus necesidades en busca de soluciones viables, los problemas persistirán.
La tasa de desocupación en el mes de agosto, de acuerdo con el informe del DANE fue de 9,3%; lo cual muestra una disminución de 1,4% al compararlo con el mes de agosto del año 2022. ¿La tendencia del desempleo a la baja se mantendrá? Por el desempeño que presenta la economía puede variar. Lo que realmente preocupa son los criterios utilizados en la medición de lo que se considera empleo formal.
La informalidad laboral nacional supera el 50%, porcentaje que puede ser mayor si se analizan la legalidad, salarios, tipo de contratación, duración y aportes a seguridad social de los empleos que vienen siendo incluidos en las estadísticas. El comportamiento del mercado laboral deja ver diferencias existentes de empleabilidad entre estratos sociales. Los cambios a implementar en materia laboral deben enfocarse en la generación de empleo formal que facilite a la población el mejoramiento de sus condiciones de vida, haciéndole el quite a la pobreza.
La transformación del aparato productivo requiere la participación de la empresa privada, no solo con las reformas pensadas desde el Gobierno Nacional. Mientras existan tensiones e incertidumbre por las decisiones que se tomen sin el debido consenso, los escenarios financieros pesimistas son más probables, no se encontrará el camino que permita un adecuado crecimiento económico.