Escrito por:
Francisco Vásquez Atencio
Columna: Opinión
e-mail: francisco.vasquez.atencio75@gmail.com
Twitter: @franvasquez_06
La inversión económica, es la acción de colocar capital o dinero en una actividad económica, proyecto y operación con el objetivo de obtener un rendimiento económico a mediano y largo plazo; además el acto de asignar recursos para la compra o creación de activos de capital, es decir el acto de no consumir esos recursos ahora para satisfacer necesidades en el presente, sino de destinarlos a satisfacer necesidades en el futuro.
Hay cierto temor y miedo de los inversionistas nacionales y extranjeros a seguir fortaleciendo la economía colombiana , esto con base en las experiencias de los gobiernos de izquierda o progresistas en otros países latinoamericanos, que absurdamente se apliquen líneas políticas contrarias a los que bien y mejor viene funcionando hasta el momento y construir sobre los construido; lo que cerraría todas las posibilidades de esa inversión para seguir con la posibilidad de cerrar las brechas sociales existentes. De todos modos, inversionistas de aquí y foráneos han decidido desde ya seguir aplazando sus decisiones de inversión hasta tanto no vean lo que en su pensar y decir contienen, como es asegurarse que vayamos a tener en el país un panorama político, social y económico mucho más claro, absolutamente claro. Llama sí al optimismo, que pese a los temores en las decisiones de inversión, se estime que la economía de nuestro país pueda crecer debido a las mejoras que puedan presentarse en las actividades de varios sectores, y como resultado de otras bases estadísticas que así lo aseguran; siempre y cuando el gobierno brinde la confianza necesaria para tal fin.
Así las cosas, un sinnúmero de inversionistas nacionales y extranjeros han declarado su desconfianza respecto a invertir en el país; más hoy, cuando la incertidumbre se pasea por todos los rincones patrios y se habla con propiedad argumentativa en cuanto a significativos cambios en la línea política y económica del país, caracterizada y preocupada por el cuidado de las finanzas públicas y por garantizar el cumplimiento de la regla fiscal. Estriba dicho temor en las seguras modificaciones en las prácticas económicas y llevarlas a ser menos ortodoxas, lo que a su vez pondrá en peligro la calificación crediticia del país y la llegada de capital de inversión para fortalecer más nuestra economía.
No obstante, se espera con avidez, a efecto de no perjudicar la siempre necesaria inversión que coadyuva avances significativos, que el gobierno, con aciertos que debe acompañarlo, implemente las acciones que necesarias sean para garantizar unas finanzas públicas sanas, como un adecuado manejo del gasto y el sistema pensional.
Pareciera que a pesar de todo y si el acierto gubernamental se muestra a las recomendaciones de los expertos analistas financieros y los astros se alinearán a favor de nuestra economía, al tiempo que se mantengan los lineamientos políticos en los órdenes local y regional, así como los retornos relativamente positivos en principales activos y correcciones en renta variable.
Importa para nuestro País que se conduzca nuestra economía de la mejor forma y manera posibles, en la verdad que lo cual garantizaría atraer a grandes inversionistas, lo que ayudará a potenciarnos en tan importante espacio, lo que determinará a futuro mayores desarrollos e integral prosperidad.