Finaliza el año 2022, marcado por factores adversos en la economía: inflación, devaluación del peso, altas de intereses y todos los daños colaterales por la guerra entre Rusia y Ucrania. En lo político, con un discurso reivindicativo por los derechos y las causas sociales Gustavo Petro con Francia Márquez como fórmula vicepresidencial ganó las elecciones.
La resiliencia estuvo presente para salir adelante. Las expectativas crecen con las reformas estatales (salud, pensional y política) a implementar por el Gobierno.
Los cambios propuestos tienen que ser direccionados hacia el bienestar colectivo; no facilitar privilegios a sectores específicos. El próximo año se realizarán las elecciones regionales, la antesala a la presidencial del 2026, es por esto que los partidos y grupos políticos tradicionales, como en el ajedrez empiezan a mover sus fichas. Desde los territorios se impulsan movimientos sociales independientes que buscan medir fuerzas y alcanzar reconocimiento a nivel nacional.
Con parlamentarios que suden la camiseta, cumplan los compromisos regionales es posible gestionar, tramitar mayor número de proyectos. Departamentos y municipios necesitan cubrir necesidades básicas insatisfechas pero las rentas propias no son suficientes. Las regalías bien distribuidas se pueden utilizar en infraestructura, obras para el uso social en las comunidades más vulnerables.
El mejoramiento de las condiciones de vida exige contar con funcionarios honestos, con conocimientos de la cosa pública, capaces de gerenciar - administrar entes territoriales y sociedades de economía mixta, manteniendo prudencia a la hora de expresarse y tomar decisiones que generan controversias. Aunque se han establecidos medidas faltan soluciones radicales para frenar la disparada en el costo de los alimentos y las altas tarifas en el servicio de energía que se pagan en región caribe.
El tema de la corrupción expandida por todas las ramas del poder público causa preocupación. Los organismos de control realizan las investigaciones pertinentes; salen a luz pública escándalos como el de la Unidad Nacional de Protección. La cadena y redes de corrupción parece no tener fin. Falencias y deficiencias en las medidas para prevenir actos de corrupción han quedado evidenciadas. El endurecimiento de penas para quienes cometan delitos contra el erario público debe entrar en la agenda del Congreso de la República.
Las reformas que se materialicen en el año 2023 sean los que necesita el país para conducirnos por la senda de la paz, crecimiento y desarrollo socioeconómico.
¡Feliz año nuevo!