Salario mínimo

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Escrito por:

Roberto Torres Aguas

Roberto Torres Aguas

Columna: Opinión

e-mail: contador_rcta@hotmail.com



La puja por el aumento para el salario mínimo terminó en consenso. Gobierno, empresarios y centrales obreras definieron en la mesa de negociación un incremento del 16% con lo cual quedó en $1.160.000; el subsidio de transporte se incrementó un 20% y quedó en $140.606, para un total de $1.300.606. Por la desaceleración global de la economía en el año 2023, las cifras debían corresponder con la realidad que se vivirá.

Pudo alcanzarse equilibrio en la cifra evitando efectos macroeconómicos fuertes. No puede pasar por alto evaluar el impacto que tendrá el incremento para el sector empresarial que aún enfrenta problemas de liquidez, si terminará afectando considerablemente sus costos de nómina y la generación de empleo formal.

En el reporte empleo informal y seguridad social del Departamento Nacional de Estadística —Dane— para el trimestre móvil agosto – octubre 2022 la tasa de informalidad laboral se ubicó en 58%. Comparada con la del año anterior disminuyo en 1,8%, sigue siendo alta, lo que indica que el Gobierno Nacional no se puede descuidar, en sus propuestas tiene que incluir al sector privado para facilitar la dinámica del mercado laboral y la protección social a los trabajadores. Las medidas en materia laboral a corto plazo son impostergables.

Con el aumento del salario mínimo, también se incrementa el precio de muchos productos y servicios básicos que demandan los hogares colombianos: alimentos, servicios de salud, transporte, entre otros. Las altas de interés, los efectos de la guerra en Ucrania han cambiado las condiciones económicas. Desempleo y presiones inflacionarias son factores de riesgo latentes.

La capacidad de compra de los trabajadores que devengan el salario mínimo se puede ver limitada con el costo de productos de la canasta familiar por la implementación de la Ley 2277 del 2022 reforma tributaria para la igualdad y justicia social. La desindexación del alza del mínimo de una serie de precios y servicios, disminuir los costos de la energía y gestionar ante el Ministerio de Hacienda bajar la tasa de usura son medidas complementarias acordadas en la mesa de negociación para mantener el poder adquisitivo. ¿Se cumplirán? Que prime la voluntad política y todos los compromisos adquiridos no queden en el papel.

Es un acierto de la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez ir más allá de la metodología que ha venido siendo utilizada; altas tasas de desempleo e informalidad no deben continuar al alza. La encrucijada, cifras van y vienen conducía a que se estableciera el salario mínimo por decreto. Esta vez las condiciones fueron más equitativas, se acortaron las diferencias y se logró el acuerdo para evitar que la negociación se convirtiera en un juego de intereses.