Lectura y pensamiento crítico

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eimar Pérez Bolaños

Eimar Pérez Bolaños

Columna: Opinión

e-mail: eimar.perez@unad.edu.co


La lectura crítica y el pensamiento crítico, son uno de los tantos sofismas que se han inventado, no por su inexistencia, pues son habilidades naturales e inherentes a lo humano, sino que, su promoción, desarrollo y puesta en práctica en diversos escenarios, empezando desde las familias, la misma escuela y en los ámbitos laborales, es donde, antes que impulsarlo, más se reprime.

Dicho tema me causa inquietud, me interpela y es objeto de análisis, sobre todo cuando escucho con tanto ahínco, sobre construcción de paz y sociedades democráticas. Es así, que ahora la mayor parte de las instituciones, sobre todo en la esfera educativa, se comenta del tema, “lo promocionan” “lo impulsan”, dado a que es objeto de evaluación y garante de calidad a nivel interno y global.

Pese a tal pretensión, los resultados siguen siendo bajos en Colombia, de acuerdo a los niveles de lectura evaluados (todos debajo del 50%), teniendo en cuenta los informes presentados por el Icfes este año. Vale la pena anotar, que, lectura y pensamiento crítico se encuentran articulados, dependen intrínsecamente y se complementan, toda persona está en posesión de ello, la habilidad está en reconocerlo, comprenderlo y llevarlo a la práctica.

Sin embargo, pese a todas las narrativas estatales y la importancia que se le da a esta competencia en pro de la construcción de sociedades incluyentes, pacíficas y justas, considero que existe un doble discurso y una vaciedad de los términos, hasta el punto de convertirse en fuentes de estigmatización, de violencia y de reafirmación de totalitarismos.

Cabe anotar que, la lectura y pensamiento crítico, son habilidades propias de la disciplina filosófica, que inician con la percepción y posteriormente el análisis de la realidad, generando en lo humano preguntas e interrogantes, que terminan siendo incómodos en estados e instituciones totalitarias, pues su praxis desde la criticidad, busca ir más allá de lo evidente y proponer mundos distintos, con argumentos, promoviendo transformaciones fundamentadas en circunstancias favorables para la humanidad, un tema complejo históricamente, el cual ha dejado innumerables víctimas.

Por tanto, lectura y pensamiento crítico, se limita e inhibe en el marco de unas relaciones de poder, por ejemplo, el niño en su inocencia y espontaneidad, está condicionado a la educación de sus padres, los cuales, en la mayoría de los casos responden a otro paradigma anterior de autoridad, a unas circunstancias y contextos sociales específicos. Por su parte, el estudiante responde al objetivo de un modelo educativo, que en medio de su desarrollo también juega un rol socialmente establecido de autoridad, pero también el impulso por parte del docente al estudiante siempre será nocivo para el sistema imperante; de igual forma en otros ámbitos, como en el laboral, social, económico, etc. el desarrollo del pensamiento y lectura crítica quedan condicionados a la subordinación.

Concluyo que, toda lectura y pensamiento crítico se constituye y sólo es posible como un instrumento transgresor, de otra forma queda en sólo una mera promoción, al igual que otros discursos como los Derechos Humanos, la inclusión, el respeto a la diferencia, entre otras narrativas y conceptos de nuestro tiempo. Más bien lo que se promueve implícitamente es la literalidad, es decir, una lectura al pie de la letra, un seguidismo al orden establecido, sin posibilidad de pensar, sino cumplir sin derecho a disentir.