Conviene acabe la polarización en vísperas de las elecciones; desde los equipos asesores de los candidatos presidenciales se llame y recurra al civismo, tolerancia y al respeto. Lo que resta para ir a las urnas no puede convertirse en una guerra sucia, donde el todo vale. Si queremos unas elecciones en paz, al interior de las campañas deben dar ejemplo. Las motivaciones hacia el electorado tienen que enforcarse en instruir y orientar, bajo un programa de gobierno que los represente y establezca metas, propósitos, soluciones que sean realizables y no queden solo en el papel.
Desafortunadamente, no prima la sensatez, ni la prudencia. En las redes sociales en vez de controvertir con argumentos se ataca, se incita a hechos que pueden terminar siendo generadores de violencia entre la población. El debate electoral no puede continuar siendo un espacio donde se despliegan todo tipo de trampas o imponerse a través de la ley del más fuerte para alcanzar el poder. Es trascendental apartar los odios, no dividir el país.
En medio del entorno electoral, las acciones de los grupos alzados en armas vienen causando estragos en las regiones. La falta de presencia estatal ha permitido se impongan las organizaciones al margen de la ley; una y otra vez se repite la historia, al principio la guerrilla y ahora las disidencias de las autodefensas.
La imagen de las fuerzas militares queda en entredicho por la vinculación de militares con las bandas criminales facilitando su expansión y accionar en todo el territorio nacional. Golpes contundentes se han dado con la captura de importantes cabecillas, pero siguen mutando y continuando con las actividades ilícitas y hechos violentos; el reciente para armado del ‘clan del Golfo’ que dejo pérdidas millonarias y ocho muertos es la prueba del poder que han alcanzado.
Temor, indignación y frustración predominan. Además de la seguridad y el orden público, es indispensable y crucial no descuidar aspectos como: el desempeño de la economía, la salud, la educación, el desempleo y la inflación. Por la importancia que reviste en el futuro mediato se requiere seguir impulsando el crecimiento de la economía colombiana con la recuperación de los sectores productivos y establecer medidas que permitan mitigar los efectos de eventos adversos externos.
Sobran razones para que seamos responsables al momento de elegir. En la medida que evaluemos propuestas, hoja de vida, validemos trayectoria, manejo de la cosa pública y las visiones para dar solución a los problemas que más aquejan a los colombianos podemos ser partícipes en el fortalecimiento de la democracia. Evitar ser influenciados por los fake news y la desinformación que en forma rápida es compartida en redes sociales para manipular al electorado. En estas elecciones ejerzamos nuestro derecho al voto informados.