Criminalidad y delincuencia

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Roberto Torres Aguas

Roberto Torres Aguas

Columna: Opinión

e-mail: contador_rcta@hotmail.com



Los homicidios no cesan. Preocupante, las cifras muestran que vienen aumentando las muertes violentas y la criminalidad en Santa Marta. En el pasado mes de abril las balas causaron la muerte a 11 personas. Bajo la modalidad de sicariato han resultado muertos en su gran mayoría jóvenes. ¿Qué está pasando? Casos de intolerancia, riñas y retaliaciones, disputas entre organizaciones al margen de la ley se constituyen en las principales causas de esta ola de asesinatos.

Las autoridades han reaccionado, vienen implementando nuevas estrategias para hacerle frente a los hechos delictivos que a diario acontecen; a pesar de todo siguen presentándose casos como el del menor Dylan de Jesús Freyte Pérez víctima de las balas en medio de un festejo en el barrio Primero de Mayo. El control a las armas de fuego establecido en las normas es una medida que no arroja los resultados esperados; el porte, tenencia y circulación de armas no se ha visto reducida.

A merced de la delincuencia. Los atracos a mano armada también vienen presentándose de manera permanente en barrios de la ciudad. Lo anterior ha generado que cuando los delincuentes son capturados en flagrancia se quiera ejercer la justicia por mano propia, la acción oportuna de la policía ha evitado consecuencias mayores. Los amigos de lo ajeno se ven expuestos a lo que popularmente se conoce como “paloterapia”; pero ni aun así escarmientan, reinciden en sus actividades ilícitas.

Con mayor presencia de la fuerza pública se logra que la delincuencia no gane terreno e imponga su ley en sectores, donde se ha detectado la existencia de factores que incitan y son generadores de violencia, entre estos, el expendio de drogas. La pedagogía para prevenir el consumo juega un papel importante, permite interactuar con las comunidades y dar a conocer los impactos negativos en la salud por el uso drogas, junto al daño social que las mismas generan.

Las autoridades civiles y policiales no pueden perder de vista que incrementando la confianza ciudadana se puede mejorar la seguridad y la reducción de delitos. Acciones enmarcadas dentro de la ley, transparencia, efectividad en los procedimientos de control se constituyen en pilar clave para cambiar la imagen de percepción negativa dentro del entorno local.

¿Cómo combatir la delincuencia? Las políticas de seguridad planificadas desde los territorios tienen que llevar un enfoque preventivo que incida en los flagelos que perturban el orden público. El despliegue y la inteligencia policial es determinante para acertar golpes al crimen organizado e ir desarticulando las bandas delincuenciales que se han establecido en la ciudad; con lo cual se pueda garantizar la protección de los ciudadanos y bajar las altas tasas de homicidios que se tienen.