Increíble todo lo que sucede en Colombia en solo una semana. En 48 páginas la Comisión Interamericana de Derechos Humanos rindió su informe en el que revela, a su juicio, el uso desproporcionado de las fuerzas militares durante las jornadas de las protestas sociales y hace algunas recomendaciones que el gobierno afirma no estar obligado a cumplirlas, como la de pasar a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa a depender del Mininterior.
A pocas horas de esa noticia que nos deja muy mal parados, se revela en la prensa internacional la supuesta participación de por lo menos 17 miembros retirados del ejército colombiano en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, hecho que sin decantarse fue duramente criticado por líderes políticos colombianos, sin embargo, esa versión fue desmentida por la misma esposa del exmandatario, tejiéndose un manto de dudas frente a los hechos que salpican la imagen del país.
Sin terminar de asimilar el sinsabor de la derrota de la Selección Colombia contra Argentina por errar los cobros en tres ocasiones bajo la agresión verbal del portero albiceleste contra nuestros jugadores, se da a conocer también el ranking global de competitividad por el Instituto de Desarrollo Gerencial IMD del 2021 que muestran un deterioro en los resultados para Colombia en el que frente a 64 países del mundo perdemos 2 posiciones en competitividad global ubicándonos en el puesto 56.
Aunque mal de muchos, pues los países en mejor posición que Colombia también mostraron deterioro, el tercer lugar que ocupamos en la región, en su orden, detrás de Chile y México se debe también al mayor retroceso que tuvo Perú frente al ranking anterior en el que nos superaba, país que en la noche del viernes disputó con Colombia el tercer puesto de la Copa América, devolviéndonos la esperanza de tener un buen desempeño en las eliminatorias para el Mundial de Catar por el nivel que demostró nuestra Selección y en especial jugadores como Cuadrado, Barrios y el fuera de serie, Lucho Díaz.
Pero volviendo a los resultados del informe de competitividad, más allá de detenernos solo en las posiciones es interesante evaluar las causas y los resultados en cada área para adoptar las medidas necesarias para superar la crisis.
En el factor de desempeño económico en el que se perdieron cuatro posiciones se debió al retroceso que tuvo el indicador de economía doméstica, el comercio exterior y el indicador de precios. En cuanto al indicador de la eficiencia del gobierno, aspectos como la política fiscal, las finanzas públicas y el marco social e institucional también presentaron retrocesos.
El pilar de educación cae cediendo tres posiciones, sin embargo, factores como infraestructura, salud y medio ambiente mostraron un buen resultado. Lejos estamos de compararnos con los primeros de la tabla, Suiza, seguido por Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Singapur o Estados Unidos quien se mantuvo en el décimo puesto, pero sí analizar sus prácticas para determinar los desafíos que debemos enfrentar.
Es determinante que el Gobierno tenga un plan estructural y no de cualquier forma, seguir impulsando la ejecución de proyectos de infraestructura, la generación de empleo de los más vulnerables, promover el desarrollo de la economía digital y por su puesto mantener el ritmo del plan de vacunación y sí o sí, fortalecer las finanzas públicas con la nueva reforma tributaria.
Tantos desafíos que se me viene a la mente la frase del Padre García Herreros, “Dios mío, en tus manos colocamos este día que ya pasó y…”