Tiempo de reflexión

Columnas de Opinión
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Escrito por:

María del Rosario Guerra

María del Rosario Guerra

Columna: Opinión

e-mail: comunicacionesmrg@gmail.com

Twitter: @CharoGuerra



Por segundo año consecutivo el mundo vivirá la Semana Santa en medio de la pandemia, el aislamiento preventivo y las restricciones, más aún cuando la amenaza de contagio sigue latente. Será un tiempo propicio para reafirmar nuestras creencias religiosas, fortalecer nuestra fe, reflexionar sobre nuestro compromiso y servicio a la sociedad, y revisar nuestro actuar.

La Semana Mayor, que recuerda la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, también será propicia para hacer un llamado a la unidad. La pandemia no distingue entre clases sociales, afinidad política o preferencias religiosas; nos toca a todos por igual. No es el momento para remar individual sino colectivamente, y hacia la misma dirección. Los ataques, protagonismos individuales, y la crítica destructiva no aportan y por el contrario sí obstaculizan procesos, lo cual no debe ocurrir en un momento en el que la prioridad es la vida, la salud y el bienestar de todos los colombianos.

Una vez más quiero reconocer el trabajo del presidente Iván Duque y de su gobierno. Su respuesta a la pandemia ha sido prudente, acertada y oportuna. Su compromiso con la salud y la vida de los colombianos hace que hoy tengamos esperanza y fe en que el proceso de inmunización será efectivo y que más pronto que tarde venceremos a ese enemigo silencioso que ha cobrado la vida de más de 2.700.000 personas en el mundo entero y más de 62.645 en Colombia.

Tres grandes retos tenemos frente al manejo de los gravísimos efectos que ha dejado la pandemia: lograr la inmunidad de rebaño, vacunando al menos al 70% de la población; ayudar a tantos hogares pobres y vulnerables para que dispongan de los ingresos básicos para atender sus más apremiantes necesidades; y la reactivación productiva para recuperar el empleo y la dinámica de la economía.

Con relación a la vacunación, la meta es inmunizar a 35 millones de colombianos con 61.5 millones de dosis. Ya tenemos disponibles las vacunas de varias casas farmacéuticas, y su acceso es gratuito. Ya 1.385.503 personas han sido inoculadas, pero lamentablemente aún es lento el proceso a pesar de disponer de ellas. Por eso es importante hacer un esfuerzo para motivar a los mayores de 70 años para que se vacunen y a los prestadores del servicio para que agilicen el proceso.

En cuanto a aumentar los apoyos a los hogares pobres y vulnerables, celebro la decisión del gobierno Duque de ampliar la cobertura de beneficiarios del programa Ingreso Solidario de 3 a 4.7 millones de hogares y aumentar la transferencia monetaria. Igualmente, aplaudo la gratuidad para los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 que accedan a la educación superior, beneficiando a cerca de 600 mil jóvenes; así como, que el Gobierno asumirá, por cinco años, el costo de los parafiscales de las empresas que vinculen a jóvenes menores de 28 años. Con lo cual se apoya el empleo juvenil en momentos en que, según el Dane, ellos tienen la tasa más alta de desempleo del país, que es de 22,5%. A ello se suma devolver el IVA que pagan los hogares más pobres de $37.500 a $45.000 mensuales y que pasa de 1 millón a 2 millones de hogares beneficiados.

Todo lo anterior, de la mano de una austeridad en los gastos del Estado, y por supuesto, de una reforma fiscal que ayude a recaudar ingresos para compensar las muy maltrechas finanzas públicas. Una vez el Gobierno Nacional radique el proyecto de ley que ha denominado ‘Solidaridad Sostenible’ -que es una reforma fiscal y social- dedicaré una columna a mis reflexiones sobre el tema.

Extiendo mi invitación a todos los colombianos para que en este tiempo que nos regala la Semana Santa fortalezcamos nuestra relación familiar, aprovechemos para ser solidarios, revivamos nuestros valores cristianos y elevemos una oración al Altísimo por la vida y el bienestar de los colombianos y el futuro de esta Patria.
Que la pasión y muerte de Jesús toque nuestros corazones y que su resurrección nos llene de esperanza.