La semana pasada, comentaba con ustedes la tragedia que vive la ciudad de Buenaventura por la devastadora "guerra" en la que están involucradas dos bandas criminales, que tienen acorralada a la población civil.
La gente no aguanta más. De ahí que salieron a las calles en una “cadena por la vida” para exigirle al gobierno algo tan fundamental como la vida y su tranquilidad. No es justo que, en ningún lugar, ni en sus propias casas, se sientan a salvo, por el riesgo de ser asesinados a cualquier hora del día.
Ahora, desafortunadamente, debo referirme a la tragedia del municipio de Argelia, en el departamento del Cauca, donde por medio de panfletos fueron amenazados de muerte tres rectores de colegios de educación básica. Belsy Arnuby Cerón Mosquera, Guillermo Andrés Mosquera Miranda y Jesús Libardo Mejía Mosquera, son los rectores cuya vida y la de sus familiares corren peligro por amenazas de grupos ilegales. Inaudito que la educación sea amenazada de muerte.
A lo anterior hay que sumar el desplazamiento a Popayán de los doce concejales de Argelia y el asesinato de uno de ellos, Fermiliano Valencia. Se realizaron reuniones con el Ministerio del Interior y la UNP, pero ¿Qué acciones concretas está tomando el gobierno en este municipio? ¿¨Por qué, a pesar de la alerta temprana 047 de 2020 de la Defensoría del Pueblo, ¿no se hace nada al respecto? ¿Cuántas personas más deben ser asesinadas y desplazadas?
En esta zona opera el Eln, la disidencia Carlos Patiño de las Farc, Nueva Marquetalia y grupos paramilitares del Clan del Golfo, mexicanos y Nueva Cordillera por el control de la producción y exportación de estupefacientes a diferentes partes del mundo. Es decir, este es un ejemplo más de la inmoral y repugnante guerra contra las drogas en la que el estado gasta billones de pesos y en la que los grandes narcos continúan recibiendo millonarias ganancias, siendo ellos y el establecimiento prohibicionista, los únicos claros ganadores.
Reitero nuevamente lo que he expresado y seguiré defendiendo. Debemos como sociedad superar la guerra contra las drogas que sólo beneficia a unos pocos y que tanto daño le causa al país. Regular todas las drogas desde el Estado. El enemigo no son las drogas, es el abuso o mal uso que los seres humanos hacemos de estas.