Colombia necesita un buen moderador

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Escrito por:

Javier Lastra Fuscaldo

Javier Lastra Fuscaldo

Columna: Opinión

e-mail: javierlastra6@hotmail.com

Twitter: @JLastraFuscaldo


En el debate del pasado 22 de octubre entre Trump y Biden de cara a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, si bien las encuestadoras dan como ganador al candidato demócrata, a juicio de la opinión mundial, Kristen Welker, corresponsal de NBC noticias en la Casa Blanca, fue la más destacada. La forma como manejó el encuentro en calidad de moderadora facilitando la polémica a diferencia del desordenado primer encuentro plagado de insultos y ataques personales fue lo que más valoraron los espectadores.

Aunque en el debate no faltaron las pullas entre los contendores, la afroamericana de 44 años, logró que los candidatos se concentraran en desarrollar los temas planteados y que los observadores pudieran resolver sus dudas sobre las debilidades y fortalezas programáticas entre republicanos y demócratas cuando les corresponda gobernar en el próximo período presidencial. De hecho, aún persisten dentro del país muchos Estados indecisos.

En Colombia nos pasa lo mismo que ocurrió en el primer debate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, y es como si nos hiciera falta un buen moderador de la polarización entre los líderes de las diferentes tendencias. La dinámica de lanzar improperios, descalificaciones, privilegiando la forma agresiva al expresarse, pero opacando el sustento de las ideas, secundados por el ruido ensordecedor de medios y redes sociales que disparan noticias verdaderas y falsas de tantos temas entre importantes, amarillistas o baladíes, dificulta la evaluación moderada del ciudadano para una decisión bien informada.

A pesar de que el presidente Duque habla todos los días a los colombianos por el canal institucional, sus críticos le exigen por igual sobre temas en el que está en deuda como aquellos en los que su gobierno ya ha tomado acciones. Es un hecho que se han expedido más de cien decretos de emergencia, el presupuesto para el 2021 contempla un monto de 314 billones, superior en un 15.6% al de este año, que contiene los componentes de inversión social y ayudas humanitarias, inversión en infraestructura, se privilegia la educación con el rubro con más recursos dentro del presupuesto, se ha flexibilizado la regla fiscal para adquirir más deuda para la reactivación económica, disminuir la desigualdad, la pobreza y generar empleo, pero sus críticos lo tildan de desconectado con las necesidades del país.

El Presidente por su parte tampoco contribuye a acercarse a la opinión pública como sí lo logró con el Congreso y ha sido errático en el manejo de los temas que provocan indignación en la gente. Se percibe acorralado entre su cargo con la línea programática de su partido y jefe.

Casos como el de los abusos de la fuerza pública contra civiles, las masacres de líderes sociales, su ambigua posición ante el proceso de paz, el tema de la intermediación financiera que es más una muralla para el acceso de pequeños y microempresarios a los recursos con aval soberano, sus ministros algunos perdidos en el anonimato, pero de otro lado aspirantes de frente a la presidencia como el Ministro de Defensa, en realidad muy poco le ayudan a generar un mejor ambiente institucional.

Al ver el desempeño de la moderadora Welker, provoca pedirle ayuda para que le facilite al gobierno colombiano aclarar el rumbo, pero también permitirle a la oposición, de centro, derecha o izquierda expresar además de las críticas, sus propuestas para recuperar la estabilidad del país, pues a pesar de que faltan casi dos años se respira aire electoral.