Cuenta la historia que cuando el almirante Colon llego a América, creyó que Haití era la mítica Cipango (Japón) y que Cuba era Katay (china). A los habitantes que hallo los llamo indios, Tales equívocos fueron luego corregidos por la historia que las poblaciones aborígenes son una realidad, no obstante, a los nativos del nuevo mundo se les siguió llamando indios; o más moderadamente “indígenas” que quiere decir descendiente de indios, aunque son originario del nuevo continente; hoy podemos decir que las poblaciones aborígenes es una realidad mundial. Todos los continentes tiene poblaciones nativas, sus territorios antes de los procesos de conquista y colonización países europeos como Dinamarca y Noruega tiene poblaciones aborígenes África, Oceanía, Asia y América albergan una gran diversidad de pueblo aborígenes que reivindican sus derechos a ser étnicamente diferentes; cabe destacar que los pueblos indígenas de nuestro país son descendientes de las poblaciones nativas que habitan el territorio americano en la época precolombina; el convenio 169 de la OIT 1989, precisa de poblaciones descendientes de pueblos que habitan el país antes de la conquista o la colonización, el mismo tratado señala que debe ser reconocida como indígena toda persona que tenga conciencia de tal; con estos antecedentes ancestrales, es de gran preocupación por parte del estado la violación de los derechos humanos. Pero esta preocupación es mayor, si estas violaciones afectan a una de las ´poblaciones más vulnerables de nuestra sociedad: los pueblos indígenas
No pretendo con este escrito entrar en detalles, sobre los factores que inciden en el incremento desmedidos de las agresiones contra comunidades aborígenes; la preocupación hoy que nos impulsa para contrarrestar este flagelo, es que se construya una política pública integral en materia indígena, como lo señala el convenio 169 de 1989 de la OIT, articulo 2 “sobre pueblos indígenas y tribales, declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas” y Ley 21 de 1991, donde prime el respeto por la diversidad étnica y cultural, como no los enseña el artículo 7 de nuestro Estatuto Supremo ;cabe resaltar que en este recorrido patrimonial. Tuve la oportunidad de tener en mis a manos una petición de fecha 24 de octubre del año 2019, que le hicieran las comunidades indígenas a través de sus cabildos urbanos en contexto de ciudad, del Distrito de Santa Marta, Tagangeros. Wayuu, Inga, Ette e* Neka (chimila) ,Koqui, Wiwa, Kankuamos; donde hacen un justo reconocimiento al actual Alto Consejo para la Sierra Nevada de Santa Marta y la Zona Rural, José Manjarres Fontalvo, cosa que es muy poca dado por ellos, como un gran aporte en avances y reconocimiento de sus derechos, y resolver en gran parte sus necesidades, haciendo alusión a la política pública indígena, de visibilizar las diferentes insuficiencias, que hoy están viviendo, y ese mismo escrito señala la idoneidad , experiencia, y entendimiento y como en este corto periodo, este funcionario les ha brindado su apoyo, no sin antes manifestándole que respetan sus facultades direccionales como nominador, sin embargo en aras del normal desarrollo de la gestión gubernamental sugieren que se mantenga en su dependencia hasta el final de su gobierno al doctor José Manjarres Fontalvo, para que los programas y proyectos, propuestos y en ejecución tenga feliz término; y por lo que representa una esperanza en su territorio , hoy por hoy, después de recibir este inmerecido reconocimiento le doy gracias a estas comunidades , que lo tomo con humildad; donde les manifiesto que seguiré sin descanso mientras Dios me lo permite ; trabajando en el sitio o posición que me encuentre en la Promoción, Protección y Defensa de los Derechos Humanos E Infracciones al DIH, como los derechos de la humanidad más noble, más notable, más hermoso, y más importante para mujeres y hombres. La historia se los agradecerá.