Corrupción el cáncer social de la nación colombiana

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Halinisky Sanchez Menéses

Halinisky Sanchez Menéses

Columna: Opinión

e-mail: halinisky@hotmail.com



Quizá en la historia reciente del país, la opinión pública no había tenido conocimiento de tantos escándalos de corrupción, el fenómeno es tan grave y crónico que sin temor a equivocarnos podríamos decir que Colombia es un Estado fallido, no ya por la delincuencia común, o por los grupos narcoterroristas, sino por funcionarios inescrupulosos y particulares que se han dedicado a robarse inmisericordemente el erario público que tanta falta le hace a los colombianos, sobre todo los más pobres, esos pobres compatriotas que por la misericordia de Dios sobreviven en la miseria extrema.

No podemos desconocer que el gobierno de la seguridad democrática en cabeza del doctor Álvaro Uribe Vélez, fue un gobierno histórico que devolvió la confianza y la seguridad y puso a raya a la guerrilla que tanto daño hizo, pero tampoco podemos olvidar que si en su gobierno se dieron tantos casos aberrantes de corrupción, es imposible que el al menos no lo intuyera, como gobernante le cabe mucha responsabilidad, así escape del juicio de la comisión de acusaciones del congreso, de la justicia divina jamás escapara.

Cuan distinto seria nuestro Estado, si nuestra constitución política, estuviera fundada no en los valores relativistas del postmodernismo ateo, sino la Sagrada Biblia, como lo ha dicho el reverendo Darío Silva Silva: "Es necesario cristianizar la política, sin politizar el cristianismo".

Cuánta razón tenía el ex presidente Turbay cuando asevero que las medidas de su gobierno no iban acabar con la corrupción, sino que aspiraban reducirla a las mínimas proporciones, y es cierto pese a los ingentes esfuerzos que ha hecho este nuevo gobierno y muy a pesar del nuevo estatuto anticorrupción, estas medidas son inútiles, no terminaran con la corrupción, sino que causaran que esta se transforme en manifestaciones más sofisticadas.

Ninguna ley humana puede hacer de un corrupto un hombre honesto, esa es la pura verdad, así a nuestros gobernantes no les importe, Colombia es una sociedad sin temor de Dios, somos una sociedad chanchullera y deshonesta y una sociedad así produce gobernantes así, no debemos sorprendernos.

Ante un paisaje tan desolador, vale la pena recordar que tiene que decirnos Dios en su palabra respecto de la corrupción, qué posibilidad hay de que como país podamos superar tan horrendo cáncer social:

"No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida, balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis (Levítico 19:34-35)"

"Perjurar, mentir, matar, hurtar, adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden (Oseas 4:2)"

"!Ay del Edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndote de tu prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo…Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio (Jeremías 22: 13-17)"

"Sembrad para vosotros justicia, segad para vosotros en misericordia, haced para vosotros barbecho, porque es el tiempo de buscar a Dios, hasta que venga y os enseñe justicia (Oseas 10:12)

Cuan distinto seria nuestra nuestro país si estos valores cristianos se enseñaran y se vivieran en el seno de los hogares, que nuestros sistema educativo se fundara en ellos, que escucháramos las voz de DIOS, quizá no estuviéramos hoy padeciendo las chuzadas, los recobros falsos al Fosyga, el fraude de la Dian, las mordidas de la contratación, el agro ingreso seguro etc.

Ante un corazón corrupto, no hay ley que valga ni cárcel que redima, Colombia necesita la revolución, pero no la política, Colombia necesita la revolución espiritual, esa que va de adentro hacia afuera, esa que cambia el corazón del hombre, esa que hace al mentiroso un hombre sincero, al ladrón un hombre honrado, al chanchullero un hombre íntegro, esa que solo se puede encontrar en aquel que murió en la cruz.

Clavos y canela: No entendemos los de ruana, si el más grande problema de nuestro sistema de salud es el que las EPS no le giran la plata a los hospitales, entonces ¿Por qué no acaban con las EPS, ¿Por qué el Estado no gira directamente a las instituciones prestadoras de salud?