Empresarios y trabajadores de algunos sectores de las 23 mil empresas del Magdalena (97% de ellas micro) guardan esperanza por los anuncios del Presidente Duque sobre mediadas que permite reanudar operaciones en medio de la pandemia por el coronavirus. Sin embargo el 43 por ciento de los casi 200 mil empleos de Santa Marta pertenecen a los sectores más afectados, como hoteles, alojamientos, bares y restaurantes, cuyas actividades serán las últimas que se reactivarán.
Según el boletín del 29 de abril de 2020 de la Cámara de Comercio, entre todos los sectores económicos, 2.211 empresas habían cerrado indefinidamente lo que representa la pérdida de 3.403 empleos.
El oscuro panorama requiere una alta dosis de franqueza de los empresarios sobre su situación, están obligados a evaluar las posibilidades reales de subsistencia en el corto y mediano plazo.
Buscar créditos para salvar empleos, duro decirlo, por muy baja que sea la tasa de interés de los bancos con respaldo del Fondo Nacional de Garantías, incrementará la deuda de las empresas y los seguirá asfixiando. En reciente encuesta realizada por la Cámara de Comercio del Departamento, el 80% de los empresarios manifestaron haber adquirido créditos antes de la crisis del coronavirus para invertir en sus negocios.
En aquellos casos de cierre de empresas y esto aplicaría para el resto del país, las medidas de solución del Gobierno Nacional deben estar dirigidas a apoyar directamente a los empleados como personas naturales en tanto ellos se reorganicen con los micro empresarios y reformulen sus actividades ajustándolas jurídica y operativamente a las nuevas dinámicas y necesidades que demanda la economía.
Por su parte las empresas, con el acompañamiento de las autoridades nacionales como Mincomercio, Bancoldex, entre otras, y la Cámara de comercio, deben de manera urgente acogerse al mecanismo de insolvencia planteado en el Decreto 560 expedido en el marco de la emergencia económica y de una vez por todas parar el `taxímetro’ con trabajadores y acreedores para no seguir deteriorando la cadena de valor, liquidar las que no tienen opción y salvar las que si ven luz al final del camino pero en ambos casos plantear las bases para apoyar económicamente a los trabajadores.
Para la economía informal, también se abren posibilidades de formalizarse y organizarse. Vendedores ambulantes, es buen momento para buscar modelos asociativos con las ayudas económicas del Gobierno Nacional y con el apoyo de las autoridades Departamentales y Distritales en términos de uso del espacio público, actividades productivas y nuevas dinámicas formales en la cadena de suministros.
Samarios y Magdalenenses hay mucho talento y verraquera en nuestra gente, con franqueza y decisión se puede salir adelante.