El deterioro de la seguridad ciudadana

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Manuel Torres Lopera

Manuel Torres Lopera

Columna: Opinión

e-mail:  manuelcaribe33@hotmail.com


La seguridad ciudadana es un tema de mayor relevancia, que a todos nos compete como ciudadanos de bien, Los Estados lo fundamentan en sus constituciones políticas. El desarrollo del derecho de vivir de manera tranquila, los alcances económicos que genera un territorio seguro y pacífico, además alcanza la protección de derechos fundamentales como la vida.

Alcaldes, Gobernadores, Presidente y el cuerpo policial tienen una responsabilidad administrativa en preservar este derecho y la disposición de amplia normatividad, la seguridad en las ciudades se está saliendo de control, cada vez se ve en las noticias, las empresas criminales como se apoderan de territorios, imponiendo sus propias reglas, los altos índices de homicidios, extorsión al pequeño y mediano empresario, secuestros con fines económicos, paro armado, etc. Estas conductas punibles violan o agreden los derechos fundamentales, las amenazas a la seguridad ciudadana son multidimensionales, esto quiere decir que afecta a diversas áreas de la vida: La económica, la social, la medioambiental, lo militar y la ética.

La intolerancia es otro factor que vulnera la seguridad de los ciudadanos, la falta de comprensión en la relación de convivencia, es sumamente preocupante como los ciudadanos pierden la vida en situaciones absurdas, en las comunidades no se alcanza un grado de tolerancia para que no suceda estos lamentables hechos que producen consternación, en la actualidad se está promoviendo la inteligencia social que es la capacidad que tiene una persona para relacionarse con los demás de manera empática y asertiva. Ayuda a comunicarnos de manera efectiva, a saber gestionar nuestras emociones adecuadamente y a obtener un buen resultado como producto de nuestras interacciones sociales.

La preservación del orden público en donde hay zonas que los ciudadanos no pueden transitar libremente las llamadas ‘líneas imaginarias’, son fronteras invisibles la persona que la traspase pierde su vida, esta situación afecta otro derecho que es también fundamental la libertad de locomoción, esto quiere decir que los habitantes de los barrios no pueden trasladarse de un lugar a otro.

Más grave es la situación que se crea cuando sectores de la comunidad angustiados ante las amenazas de la delincuencia, tratan de resolver el problema por sus propios medios, al margen de la ley, como los linchamientos a las personas que han cometido actos delincuenciales, este es una muestra de este tipo de descontento social y el reflejo de un sistema judicial débil y que es burlado constantemente por los antisociales que reinciden, porque que no reciben castigos ejemplares cuando son llevados delante de los jueces, donde le imponen casa por cárcel o deciden proferir la libertad. La gente siente miedo de salir a la calle, crece la percepción de inseguridad, hay poca presencia policial, por no tener la capacidad suficiente de personal para brindar protección a los ciudadanos.

Las instituciones representativas del Estado deben atender concertadamente la problemática de seguridad ciudadana, en donde la voz, la palabra, la sugerencia del alcalde, del vecino, del ciudadano, sean permanentemente escuchadas y sea tomada en cuenta; la sociedad quiere que los delincuentes paguen cárcel por sus fechorías, pero los gobiernos deben tener en cuenta que este problema de la inseguridad se desarraiga, cuando se implemente verdaderas políticas públicas que atiendan a las poblaciones vulnerables y logren reducir las brechas sociales, porque el peligro que puede generar a futuro un niño que se acueste con hambre sin una prestación de salud integral y un joven que se levante sin una oportunidad de ser un profesional, un empleado o un emprendedor.