Sembrar para restaurar nuestros bosques

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Escrito por:

María del Rosario Guerra

María del Rosario Guerra

Columna: Opinión

e-mail: comunicacionesmrg@gmail.com

Twitter: @CharoGuerra



El panorama de Colombia en materia de deforestación es preocupante. Las acciones humanas en contra del medio ambiente y de los ecosistemas parecen no tener fin.

La línea roja está disparada. De continuar la afectación indiscriminada de nuestros bosques y ecosistemas nativos se prevé que para 2022 la deforestación alcanzaría las 350 mil hectáreas, un crimen ambiental.

Para mitigar la problemática, el Plan Nacional de Desarrollo ‘Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad’ incluyó una serie de acciones urgentes que buscan frenar la devastación ambiental en regiones como la Amazonía, donde se concentra el 70 % de la deforestación del país.

El artículo 10 del PND contempla la creación del Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y otros crímenes asociados, cuyo objetivo será el de vigilar y controlar las áreas amenazadas por este ecocidio.

Esta será una de las herramientas de articulación interinstitucional (Ministerio de Defensa, Ministerio de Ambiente, Procuraduría, Fiscalía, Policía y Fuerzas Militares) para defender nuestro medio ambiente, nuestros ecosistemas y nuestra naturaleza.

Pero la lucha contra este ecocidio fatal debe ser frontal. Por ello hay que sembrar para recuperar las miles de hectáreas que han desaparecido en siete departamentos: Putumayo, Guaviare, Antioquia, Caquetá, Chocó, Meta y Norte de Santander.

Para cumplir con esa consigna, el Plan Nacional de Desarrollo incluyó el artículo 321 que propone reforestar con árboles nativos que tengan esquema de georreferenciación, lo que permitirá monitorear la localización de cada especie sembrada.

Esto no solo facilita a las autoridades la localización y control de los 180 millones de árboles que el Gobierno prevé sembrar en estos cuatro años, sino que evita que el presupuesto asignado sea malversado.

A la meta anterior se suma la restauración de 300 mil hectáreas adicionales para un total de 934 mil en 2022.

Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGAC la vocación del suelo en Colombia es en su mayoría forestal (54%), seguido del agrícola (19%) y ganadería (13%).

Estos terrenos, en muchos casos “vírgenes” son atacados por la extracción de minerales y el cultivo de coca, los principales dinamizadores de la deforestación en el último quinquenio.

Para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible si persiste el ritmo actual de deforestación, Colombia perdería más de 800 mil hectáreas de bosque durante los próximos cuatro años.