El desprecio por las víctimas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Para las víctimas de este país, la existencia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) significa esperanza y tal vez lo más importante, la verdad sobre su propia tragedia. Esperanza de que existirá una reparación integral y que tendrán derecho a la verdad no solo las víctimas, sino la sociedad en su conjunto.

Desafortunadamente, esta esperanza y el saber que sucedió realmente, se han ido diluyendo y no precisamente por la falta de voluntad de las víctimas, sino por la postulación de diferentes candidatos para el cargo de director de esta institución.

Las víctimas viven hoy un estado desasosiego y frustración, además de ser injusto, deja al Presidente Duque muy mal parado no solo frente al Acuerdo de Paz, sino también frente al compromiso con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, Ley 1448 de 2011, pues fue por medio de ella que se creó y se pensó el CNMH. Y es que la preocupación de las víctimas es por los 3 aspirantes respaldados por el gobierno para el cargo de director. Sí, 3 nombres han sido postulados por el gobierno para este cargo en menos de 5 meses ¿Tan difícil es encontrar a alguien en este país que esté dispuesto y preparado para asumir esta importante labor? ¿O será más bien esto una muestra del desprecio por las víctimas y por sus derechos? O peor aún, esa ideología que quiere borrar el conflicto como la realidad de lo vivido en Colombia.

El primer candidato que se postuló en octubre del año pasado fue Mario Javier Pacheco García, un opositor férreo al trabajo realizado justamente por CNMH, quien ha afirmado que el Centro de Memoria es una “estructura infiltrada por la guerrilla”. Afortunadamente, para las victimas su candidatura apoyada por el presidente Duque se cayó rápidamente. Sin embargo, la diplomacia colombiana no puede decir que contó con la misma suerte, pues esta semana fue nombrado como Ministro Plenipotenciario en el Consulado de Colombia en Panamá. ¿Qué tal?

El segundo candidato que se presentó en noviembre fue Vicente Torrijos, quien por cuenta de su cercanía con las Fuerzas Militares y por posibles irregularidades con un certificado doctoral salió de las posibilidades de ser el director. Torrijos fue desvinculado de la Universidad del Rosario por inconsistencias en los títulos universitarios con los que el profesor se solía presentar ante la comunidad académica. Torrijos no tiene título de doctor y menos de estudios de posdoctorado. El tercero, una joyita, fue nombrada ayer, se trata nada menos que de Darío Acevedo, quien sostiene que “el conflicto armado no existe”. Después que el próximo director del CNMH haga una afirmación como esta, no hay nada por decir sobre su hoja de vida.

Lo más preocupante de todo esto es que según Semana fuentes cercanas al CNMH relataron que desde el año pasado están llegando solicitudes formales de víctimas para que les devuelvan las donaciones que habían hecho de forma voluntaria. Si los anteriores candidatos dejaban dudas, Acevedo, recién nombrado ha quebrado desde ya las garantías y la confianza de las víctimas. Lógicamente, muchas de ellas tienen miedo, porque han narrado cosas delicadas y su seguridad puede tambalear.

De hecho, desde que se anunció el nombramiento de Acevedo, varios colectivos de víctimas decidieron retirar el material que habían aportado. El vocero de las víctimas de Bojayá, Leyner Palacios dijo a SEMANA que “Un funcionario que desconoce el conflicto armado, no puede hacer memoria en Colombia”.

Señor presidente, esto es más grave de lo que cualquiera puede imaginarse no solo se está defraudando a las víctimas de este país, sino que se está permitiendo que en instituciones de carácter restaurativo se vulneren derechos anteriormente pactados. Nombrar a este señor en este puesto no solo muestra el deseo de desconocer una realidad cantada a gritos, sino un genuino desprecio e irrespeto por las víctimas y sobre todo un daño irreversible a la paz que este país anhela.

No le arranquemos de las manos a las víctimas esta herramienta poderosa que construyó la Ley 1448. No borremos irresponsablemente lo que ha venido el Centro de Memoria Histórica. ¿Que estarán sintiendo Gonzalo Sanchez, Maria Emma Wills y todo ese equipo de brillantes historiadores, hombres y mujeres que han construido la memoria del conflicto armado en Colombia?