Cómo se eligen a los funcionarios públicos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Nadie puede exigirle a un gobierno que trabaje con sus enemigos políticos, aunque se han dado excepciones que han resultado exitosas.

Lo obvio, entonces, es que el presidente de la República nombre a sus amigos o por lo menos a aquellos con quien tenga afinidades ideológicas. Sin embargo, es fundamental tener muy claro cuáles son los criterios adecuados para escoger, entre quienes forman parte del círculo de personas afines, porque es con ellos con quienes compartirá las responsabilidades de manejar un país. Este tipo de decisiones no solo son determinantes en el éxito o fracaso de una gestión, sino que son fundamentales para consolidar las instituciones que son básicas para el fortalecimiento de la democracia.

Ahora bien, es crítico no equivocarse en la forma como se eligen los miembros del equipo de gobierno porque este tipo de errores comprometen seriamente los resultados de una administración. Por ello, resulta muy preocupante una serie de problemas que está enfrentando el gobierno Duque como resultado de serias equivocaciones que están cometiendo algunos de sus funcionarios en posiciones claves, lo que ha llevado a preguntarse, cuáles fueron las razones por las cuales se hicieron estos nombramientos.

Dada la abundante cantidad de casos, es evidente que están llegando a cargos claves personas sin experiencia en el manejo de lo público, sin las capacidades necesarias para asumir las responsabilidades que estos puestos demandan. Un ejemplo es el de Gloria Ortiz, donde el gobierno y especialmente el ministro de Agricultura, desconoce totalmente su trayectoria y experiencia laboral, la cual no ofrece garantías para que pueda asumir con éxito el cargo de directora de la Agencia de Desarrollo Rural.   

La respuesta a estos nombramientos, que están expuestos a amplias críticas y se vaticinan como fracasos asegurados, es cada vez más evidente: lo que prima actualmente a la hora de seleccionar el equipo de gobierno es la fidelidad al Centro Democrático, mucho más que la capacidad para asumir distintas responsabilidades. Grave, muy grave porque es evidente que quienes están llegando a altos cargos sin la trayectoria necesaria, terminan deslumbrados por el poder e ignoran los límites obvios que tienen al asumir esas responsabilidades. La censura, que aparece como un gran peligro en estos momentos por parte de funcionarios que llegan sin la experiencia necesaria, es consecuencia, sin duda, de la aplicación de criterios equivocados utilizados a la hora de su selección. Seguramente vendrá otra consecuencia, tan grave como la anterior: la absoluta ineficiencia de las instituciones que dirigen si es que logran sobrevivir a los primeros errores.

Donde se ven los problemas más delicados, por la forma como se elige este equipo de gobierno, es en la diplomacia colombiana. Allí no solo prima el criterio de cercanía al partido de gobierno, sino que además, se ha convertido en el sector en el cual se pagan los mayores favores. Es decir, claramente el servicio exterior se ha convertido en la nueva forma de mermelada de un gobierno que tiene como bandera acabar con estos recursos, asignados a dedo al sector político. Un gran número de los nuevos embajadores, seleccionados con criterios equivocados, no tienen la más mínima trayectoria para ser los representantes plenipotenciarios del presidente de la República. Quienes conocen la vida diplomática saben que más que grandes triunfos que tengan estos funcionarios, lo que pasa con frecuencia es que los embajadores o cónsules inexpertos cometen graves errores que ponen en aprietos al gobierno respectivo. 

En síntesis, es hora de que el gobierno Duque acepte que los criterios de selección de sus funcionarios requieren una revisión profunda, antes de que se llene de graves problemas, producto de actos de estos empleados públicos novatos e incompetentes. La capacidad demostrada, la experiencia vivida y el manejo adecuado del poder que cada cargo en el Estado demanda, deben ser algunos de las verdaderas razones para hacer los nombramientos. Pero, si tanto el presidente Duque y, sobre todo, el ex presidente Uribe que parece tener todo el poder en este campo, siguen escogiendo solamente a sus leales servidores, solo se verán escándalos seguidos por los errores o abusos cometidos por los recién nombrados. ¡Sí! Es fundamental saber a quién se nombra en los cargos públicos.