El tiburón que nos duerme a la voz de su silencio

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Manuel Vives Noguera

Manuel Vives Noguera

Columna: Opinión

e-mail: mvivesnoguera@hotmail.com



No soy un analista político pero podemos descifrar con pocas neuronas lo que sucede hoy en Colombia, el presidente aparenta lucirse mientras el país se desmorona a pedazos.

Los escándalos de corrupción de los pasados ocho años en donde la administración Uribe empiezan a brotar dejando al descubierto lo que los colombianos siempre hemos sabido, los uribistas se rascan la cabeza sin saber a dónde ir, pues el sucesor escogido por su líder hoy no lo protege y mientras esto sucede el presidente se llena de gloria mostrando al país que él no tolera la corrupción, escándalos como el de los Nule y los Moreno, el de Saludcoop, el de los establecimiento carcelarios, la justicia penal militar y otros hoy llenan los noticieros que asumen un protagonismo que no les compete pues el trabajo del periodismo se ha hecho más por los mismos políticos inconformes como Gutavo Petro que por el periodismo.

Entre tanto sucede lo anterior el país se destruye en el olvido, los militares nuevamente descansan después de un periodo de ocho años en el que al fin los pusieron a trabajar, nuevamente tumban torres de energía y el presidente no se refiere a los hechos, el brote de nuevos grupos de delincuencia organizada y violencia se ven muy a menudo, la reorganización del crimen vuelve al campo y pronto estaremos nuevamente inmersos en la situación de hace diez años en manos de un presidente que nos vende mentiras y solo muestra la punta de un gigante sumergido que se llama corrupción, al mismo paso que la educación se va al piso, la delincuencia se posesiona del campo, el desempleo y la inflación aumentan, la brecha social se abre mas, el turismo se frena y el presidente se hace popular.

Sin embargo el fantasma de la corrupción tiene su futuro asegurado con una nueva pandilla que se ha de posesionar en enero del año dos mil once, ya figuran carteles que ponen a Santa Marta como una "Empresa" a quien se le ha podido ocurrir tal cosa si la administración no puede generar utilidad y si la generase seria para gastar en obras públicas, especialmente en obras sociales, por lo que no puede, ni podría ser una empresa, pero claro está que los empresarios son algunos candidatos que pretenden hacer de las arcas del Estado las suyas propias.

Engañado el pueblo como manadas de animales llevados por los vaqueros de la corrupción se dirigen a votar ciegos y sonámbulos en su propio engaño de recibir una tajada del botín, pero despertarán del sueño y veremos que ni la prensa, ni el presidente, ni los nuevos políticos, ni nosotros mismos hemos hecho nada sino empeorar las cosas y garantizar la corrupción.

El problema no reside en los mandatarios, reside en nosotros que hemos olvidado los valores en que se fundaron las ideas de un país libre y esta falta de valores nos quita nuestra misma libertad, somos nosotros quienes además denos ser corruptos debemos hacer lo que se necesite para que Colombia salga adelante, denuncien, hablen, piensen, tengan valores y os garantizo que serán libres. Somos obreros de la libertad construyendo con ladrillos de valores y educación. Somos todos el tiburón y sí podemos evitar dormirnos.