El terrorismo, un método irracional y cobarde

Columnas de Opinión
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Barranquilla es identificada como una ciudad alegre; también la conocemos como La Capital del caribe, La Arenosa, La Puerta de oro, entre otros apreciativos utilizados para describir a esta urbe. La espontaneidad y alegría de su gente acoge con especial cariño a propios y extraños; su fiesta tradicional se ha convertido en una de las más importantes del mundo; no en vano fue declarada patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.

Toda la alegría y festejo que se vive en el preámbulo del Carnaval de Barranquilla hoy se encuentra marchitado por culpa de acciones irracionales y cobardes que solo buscan causar terror en la población. Lo que pensamos que había quedado atrás en la historia de nuestro país, lo vemos recrudecer nuevamente. Bajo diferente bandera el terrorismo vuelve a vestir de luto los hogares de nuestro país.

En esta ocasión el ataque no fue perpetrado en la capital del país, donde se concentra el poder político y económico de la nación, como solía suceder en décadas anteriores, tampoco en el campo de batalla donde se combate en igualdad de condiciones. Aunque el escenario es diferente el dolor sigue siendo el mismo. Precisamente, estas acciones no dejan algo diferente al luto y la tristeza en las familias de las víctimas, y, el miedo y la zozobra en la población civil. No encuentro una forma diferente para describir el terrorismo que un método irracional utilizado por los cobardes para imponer sus ideales.

Los atentados ocurridos en los últimos días en Barranquilla y su área metropolitana en contra de la Policía Nacional, nos deja una gran tristeza, pero ante todo un gran reto. Debemos demostrarle a los violentos que los buenos somos más, que no nos acobardamos ante estas acciones y que estamos dispuestos a proteger nuestra institucionalidad. No nos podemos dejar presionar, mucho menos amedrantar.

Los atentados con explosivos resultan siendo un método muy rentable para cualquier organización criminal; porque demanda el empleo de pocas personas y causan un gran impacto, tanto al objetivo que se ataca como en la población civil y en los medios de comunicación. Es por ello, que generalmente, se utiliza para crear una presión en busca de algo. Puede ser una negociación.

Desde luego no es una situación fácil, pero no podemos caer en el pánico colectivo. Es precisamente lo que buscan los terroristas. Bajo lo irracional de la violencia y lo cobarde de atacar y huir nos pretenden infundir el terror. Los muertos duelen igual a quien los llora. Hoy el epicentro fue la capital de la alegría, Barranquilla; pero el luto es de todo un pueblo porque mañana no sabemos donde puedan llegar estos inescrupulosos tentáculos de la maldad. Fuerza Colombia.


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