El gran reto: pasar de la cobertura del carné al acceso efectivo en salud

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Escrito por:

María del Rosario Guerra

María del Rosario Guerra

Columna: Opinión

e-mail: comunicacionesmrg@gmail.com

Twitter: @CharoGuerra



Hace pocos días escuchaba con sorpresa que el Ministro de Salud había dicho en Cartagena, durante el Foro Farmacéutico de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), que: “Lo peor de la crisis de la salud ya quedó atrás”. Un discurso cargado de optimismo, como debe ser cuando se está al frente de una cartera tan importante para el bienestar de los colombianos.


 Sin embargo, ese mismo optimismo no lo pueden tener los miles de usuarios que a diario ven cómo el sistema de salud no responde a sus necesidades de vida. La corrupción es -sin duda- la mayor enfermedad que carcome al sistema y que nos lleva a presenciar espantosas escenas como lo son los llamados ‘paseos de la muerte’. No en vano, las recientes encuestas muestran que el 80% de los colombianos están inconformes con la calidad y el cubrimiento del sistema de salud.

 Para sacar el sistema de salud de cuidados intensivos, debemos pasar de la cobertura del carné al acceso efectivo con calidad y es necesaria una visión integral donde para prevenir hay que tener políticas de saneamiento básico, agua potable, calidad de aire y buenos hábitos. Habrá que hacer una reingeniería a la salud, empezando por detectar y reconocer las fallas del actual sistema. Ante esa responsabilidad, he diseñado tres grandes propuestas para que los colombianos puedan tener mejor atención en salud, con mayor control y vigilancia, y con el compromiso de combatir sin tregua a la corrupción.

 De la cobertura del carné al acceso efectivo con calidad. Para hacer esta propuesta realidad, debemos implementar varias medidas, entre ellas rescatar la figura del médico familiar y fortalecer un programa de educación en salud para fomentar mejores hábitos de vida. Propongo mejorar la infraestructura de 500 centros de salud en municipios rurales y asegurarles médico general de tiempo completo.

 Se debe impulsar la telemedicina en los municipios con mayor ruralidad del país. Además, exigir a las EPS que los ciudadanos puedan reservar sus citas médicas a través del teléfono celular u otra plataforma tecnología. En las regiones se necesita una redistribución de especialistas, principalmente internistas, pediatras y anestesiólogos. Además, se necesita crear incentivos tributarios a la oferta privada de salud en regiones de mayor rezago social como: Vaupés, Chocó, Guainía y Amazonas.

 Ajuste institucional y sostenibilidad financiera del sistema. Para hacer este ajuste debemos iniciar por impulsar las redes integradas de servicios de salud por zonas geográficas. Hay que hacer una revisión del papel que desempeñan las EPS, verificar su calidad, autorizar servicios y mejorar la coordinación con las IPS.

 Habrá que conciliar y sanear las deudas del sistema. Este es el panorama hoy: $7,1 billones es la deuda a hospitales y clínicas, y $5,5 billones representan déficit presupuestal. Es necesario el acompañamiento de la Procuraduría y la Contraloría. Habrá que preparar un proyecto y llevarlo al Congreso para su trámite. No olvidar que hay que modificar el Sistema General de Participación, para que -en salud- la asignación de recursos reconozca tanto cobertura como calidad.

 Mejor salud pública y combatir la corrupción. Importantísimo continuar las campañas de vacunación, de fumigación y de hábitos saludables, otorgando mayor responsabilidad a las entidades territoriales. Hay que articular la política pública de salud con la política de saneamiento básico y de calidad del aire, fortalecer al Instituto Nacional de Salud y las entidades del sector salud deben ser dirigidas con criterio técnico.

 El país no soporta más corrupción, hay que poner freno a las Empresas de Salud del Estado que vienen siendo manejadas por políticos, hay que fortalecer la  Superintendencia de Salud, y coordinar las Contralorías y Procuradurías para asegurar unidad de criterios. Los dineros de la salud deben ser supervisados por la Superintendencia Financiera.

 Nota. Los corruptos son tan criminales como la guerrilla o los paramilitares. Por eso los corruptos deben ir a la cárcel. Propongo acabar con la casa por cárcel, cero rebaja de penas y crear el ‘muro de la vergüenza para corruptos’. Con ‘mano firme otra vez’ avanzaremos para que los colombianos tengan mejor atención en salud, haya más control y vigilancia y se combata la corrupción.