Tertuliando en EL INFORMADOR

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Escobar de Andreis

Carlos Escobar de Andreis

Columna: Opinión

e-mail: calli51@hotmail.com


Hace ya dos semanas se realizó la Tertulia de El Informador y Pensar Caribe y todavía se escucha el eco del ruido que ella generó. Es que no hay espacios libres en Santa Marta en los que se pueda hablar sin temor a ser señalado como amigo o enemigo de alguien.
El grupo, conformado por más de cincuenta personas, que se acercó voluntariamente a la tertulia el pasado 9 de marzo se sintió a sus anchas en el salón de tertulias José B. Vives De Andreis: buena luz, mejor sonido y un excelente aire que alimentaron la disposición al dialogo.

Una vez hechas las presentaciones de rigor, tomó la palabra el Doctor Joaquín Viloria De la Hoz, director del Centro Cultural del Banco de la República en Santa Marta, para hacernos un resumen de su trabajo de investigación acerca de las iniciativas productivas de la Provincia de Santa Marta desde el Siglo IX hasta mediados del XX. Nos sorprendió a todos con la claridad y la mesura que usara para describir las cuatro bonanzas económicas que había vivido la ciudad durante este importante periodo de su historia y, nos alertó sobre cómo la prosperidad estuvo siempre ligada a la unión de todas las fuerzas cívicas y, el atraso, a la falta de cohesión y liderazgo.

Después de escuchar, sin que se moviera una mosca en el recinto, al expositor central, el auditorio se disipó, o más bien se desinhibió: comenzaron a pedir la palabra con insistencia, como si quisieran desgarrar sus gargantas, sacando de adentro frases guardadas que, como ideas novedosas y transgresoras querían compartir con premura. El público asistente se desahogó y, aunque no todo se ciñó al tema del expositor, dejaron ver tras sus palabras, el deseo inmenso de tertuliar sobre lo nuestro, de opinar con soltura, de decir lo que piensan de lo que acontece a diario a su alrededor.

Desaparecieron los tertulideros más activos y frecuentes de Santa Marta y con ellos también desaparecieron los tertuliadores asiduos: Las esquinas del barrio, la Asociación de Vagos de la Calle Grande y el grupo de las madrugadas en el Camellón desaparecieron. Nos asilamos en las cafeterías y nos camuflamos en las librerías solo para hablar de lo divino y lo humano, de lo que sucede en el mundo, en el país, en la costa, en la ciudad y en el barrio. Solo para hablar, para contradecir, sin afanes, buscando tal vez reafirmar en cada encuentro nuestros afectos a los amigos y a los contertulios casuales y perennes.

La Fundación Pensar Caribe y EL INFORMADOR se han propuesto rescatar estas tertulias como espacios de convivencia, como escenarios para la disertación y la construcción de un pensamiento crítico, de una opinión que apunte a la formación de una nueva ciudadanía, que participe y actúe a favor de sus propios intereses y los de la sociedad en la que vive, que sea capaz de confrontar civilizadamente, con iniciativas y proyectos de desarrollo, las limitaciones a las que nos somete la clase dirigente de hoy.

Ya se trabaja, teniendo en cuenta sus opiniones, sobre los próximos temas de las siguientes tertulias de EL INFORMADOR y Pensar Caribe. Ustedes, amables lectores, son nuestra razón de ser y nuestros invitados.


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