No es sorpresa por estos días leer, ver y escuchar noticias sobre los trapitos sucios que se están sacando entre los candidatos a la Presidencia en el país.
Hay quienes critican que posiciones tan ideológicamente distantes pretendan ser uno solo en las próximas elecciones. Por otro lado, el uribismo tiene claro que con Oscar Iván las posibilidades se reducen exponencialmente, mientras que Iván Duque le da al partido un nuevo aire que podría, indudablemente, llevarlo a la Casa de Nariño en el 2018. Si en Bogotá la política no para, en Santa Marta aún menos.
Desde hace un tiempo se viene hablando de la inconveniencia de la figura de Caicedo dentro de la actual Administración. Yo asumo y espero que el alcalde Rafael Martínez, como hombre con conocimientos y dignidad, no someta a aprobación ninguna de sus decisiones en la actual Administración.
Siguiendo en esa línea, considero equivocado el hecho de que se pretenda vender a Carlos Caicedo en todas las inauguraciones que el Distrito realiza. Incluso en varias reuniones, no solo inauguraciones, se exalta la presencia del líder de Fuerza Ciudadana pretendiendo dar un aire de aprobación sobre los proyectos y obras que ahí se discuten.
Creería que antes de otorgarle apoyo a la gestión de Martínez, se está evidenciando una falta de legitimidad y autonomía de las decisiones de la actual Administración. Esto, sin contar con la casi autodesignación de Caicedo como director estratégico de los Juegos Bolivarianos que se desarrollarán en la ciudad, en caso tal logren culminar las obras, claro está.
La misma Administración Departamental también ha tomado la innecesaria costumbre de contar con la presencia del exgobernador Cotes en las inauguraciones de obras de infraestructura en el departamento y demás eventos. Seriamente se debe reconsiderar esa política, pues la idea que le da a la ciudadanía es que las decisiones de quienes están en la silla de líder del departamento y del Distrito están sujetas a una ¨segunda instancia¨. PD: Debemos tomar nota de las tasas de criminalidad del Distrito.
Se deben encender las alarmas por los últimos homicidios y su aterrador modus operandi, digno de los años 80.
¡Feliz martes!