¡Santa Bárbara bendita!

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Francisco Galvis Ramos

Francisco Galvis Ramos

Columna: Contrapunto

e-mail: contrapunto@une.net.co



Chucho Jaramillo refiere la súplica fervorosa de unas beaticas en el templo parroquial de Manzanares: “Santa Bárbara bendita, de las tempestades en alta mar líbranos señora”.


Aquellas damas no conocían el mar, sabían que el mar no pasa por Manzanares, quizás desconocían que Santa Bárbara no era santa, ni que por consiguiente estuviese impedida para terciar ante el Altísimo en contra de las tormentas.

De parecida manera el doctor Juan Manuel Santos mandó al doctor Álvaro Uribe Vélez una larga, larguísima carta que por lo extensa y farragosa parece concebida y redactada al peor estilo greco caldense por el doctor De La Calle -paisano de las beatas-, en demanda de respiración boca a boca para el engendro que pacta con el grupo narco terrorista de marras.

Doctor Uribe, sálvame del ciclón de la opinión adversa que se cierne sobre mí, pareciera decirle el doctor Santos.

Doctor Uribe, sálvame que sucumbo en el trajín turbulento de La Habana.

“Indio acatar tarde”, el doctor Santos tiró el aventón de asirse sin fortuna a la última rama firme que encontró a la vera del río embravecido para evitar el naufragio. Y Ahí sigue el náufrago río abajo sin doliente ni consuelo.

Se necesita ser muy caradura, como en efecto lo es el doctor Santos, para recabar ayuda de aquel que ha perseguido, maltratado sin tasa ni medida. Que beba y coma el señor Presidente de su propio caldo de grilletes.

La larga, larguísima carta recibió por el mismo conducto de los medios de comunicación una corta, cortísima respuesta. El doctor Uribe le mató el pollo en la mano al doctor Santos y hasta ahí llegamos.

El doctor Uribe le niega el exequatur a los constituyentes de La Habana, de la misma manera que se lo negará el pueblo, ya no en las encuestas, sino que también en las urnas.

Tiro al aire: el doctor Santos avanza sin paracaídas en el gran salto despeñadero abajo.


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