Apertura cubana (II)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eduardo Verano de la Rosa

Eduardo Verano de la Rosa

Columna: Opinión

e-mail: veranodelarosa@hotmail.com



El cambio más grande en Cuba es su apertura comercial y su política de atracción de inversión extranjera. Este proceso es liderado por el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, quien promovió un marco legal confiable y un paquete de nuevas leyes para que el capital extranjero sea bienvenido.

Cuba está construyendo un portafolio de oportunidades de negocios internacionales en los sectores agroalimentario, energía, azúcar, transporte, turismo, biotecnología y medicamentos. Tienen instituciones especializadas en hacer estudios de prefactibilidad para no improvisar a la hora de buscar socios que les permita crecer. Hay nuevas autoridades que se encargan de aprobar y apoyar los proyectos para su creación.

Con Estados Unidos ha habido un histórico reencuentro que evidentemente ha sembrado en la Isla enormes expectativas, con efectos extendidos a todos sus aliados. Fue evidente la buena acogida que tuvo la visita de Obama el pasado mes de marzo y las esperanzas de grandes cambios quedaron latentes.

Aunque el bloqueo norteamericano sigue vigente ya se perciben cambios. El bloqueo quedará como una etapa absurda que debe superarse y se espera que pronto haya apoyo económico. Aunque el cambio no será inmediato se espera que la frase de Obama sea realidad: “Si algo no produce resultados, hay que cambiar”.

El objetivo cubano es diversificar las relaciones exteriores y no depender de un mercado. Cuba dependió históricamente siempre de un país: Durante siglos fue de España, después de Estados Unidos y luego de los soviéticos. Hoy tiene claro que sus relaciones exteriores deben abrirse y ven a Colombia como el país que está más cerca para crear una relación de mutuo interés. Por su gran similitud, hay posibilidad de hacer negocios estables y beneficiosos. Cuba ofrece sus servicios médicos y sus productos tradicionales como: ron, tabaco, productos farmacéuticos, biotecnología, estos dos últimos respaldados por sus centros de investigación y desarrollo farmacéutico que impulsan una novedosa visión comercial a nivel internacional.

La relación comercial entre Colombia y Cuba se rige por el acuerdo de Complementación Económica No. 49 del año 2000. Este marco comercial se está revisando porque se debe ampliar y actualizar, en especial, sus normas fitosanitarias y el reconocimiento de zonas libres de plagas, a la luz de las directrices más actualizadas de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Se buscan nuevos productos y preferencias arancelarias que faciliten los intercambios de parte y parte.

En noviembre se realizará, en La Habana, la Feria Internacional de Comercio Exterior en la que han invitado a 60 países, entre esos Colombia, y se espera que nuestros empresarios hagan presencia.

La comercialización de productos biotecnológicos y farmacéuticos es un área de interés para los cubanos.

Fidel Castro fundó en 1980 el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) que ha desarrollado más de 600 medicamentos que van desde el Interferón hasta vacunas contra el cáncer de pulmón o del cuello uterino. Su Heberprot-P es famoso por evitar amputaciones al estimular el crecimiento de tejidos y revertir lesiones en los pies de pacientes diabéticos. En el mundo hay 382 millones de diabéticos.

Tiene una gama de productos innovadores para cicatrización de infartos, el desarrollo de la vacuna contra el SIDA y control de su transmisión, además de su famoso PPG, producto de la caña de azúcar, limpiador de arterias.

Quien lo creyera, nos tocó vivir un proceso de apertura en Cuba.